La lectura, más allá de ser un medio para acceder a información y entretenimiento, es una actividad que requiere de nuestra atención y concentración. Sin embargo, leer un texto complicado puede generar dificultades, como aburrimiento, cansancio o estrés. Existen técnicas y consejos que pueden mejorar la concentración a través de la lectura.
La técnica del marcador
Una de las estrategias más simples y efectivas es la «técnica del marcador». Consiste en utilizar la mano o un objeto al leer. Al desplazar el marcador de izquierda a derecha sobre el texto, los ojos siguen naturalmente su movimiento. Esto ayuda a mantener la atención, evitando distracciones visuales. Además, esta técnica acelera la velocidad de lectura, mejorando la absorción de información y eliminando la necesidad de releer.
Pausas estratégicas
En lecturas densas o extensas, se recomienda realizar pausas cortas cada 15 o 20 minutos. Estos descansos, incluso de menos de un minuto, permiten que la mente se relaje y regrese a la lectura con una mayor atención y concentración. Establecer esta rutina no solo evita el agotamiento mental, sino que también refuerza la memoria, facilitando la retención de la información leída.
Tiempo exclusivo para la lectura
Uno de los consejos que pueden mejorar la concentración a través de la lectura es asignar un tiempo específico para la leer, bloqueando cualquier distracción potencial. La lectura activa y las técnicas mencionadas contribuyen significativamente a mejorar este hábito. Al crear un ambiente propicio y enfocarse exclusivamente en la lectura, se fortalece la concentración y la comprensión.
Influencia de la alimentación
La relación entre la alimentación y la concentración no debe subestimarse. Consumir alimentos ricos en vitamina B6, como plátanos, mantequilla de cacahuate, yogurt, avena, huevos y chocolate, estimula la segregación de neurotransmisores esenciales para la concentración, como la norepinefrina y la serotonina. Mantener una dieta equilibrada con legumbres, frutas, verduras, harinas integrales y grasas saludables contribuye a mantener la agilidad mental.
Consejos para combatir las distracciones externas
En la era de las distracciones digitales, es esencial abordar factores externos que afectan la concentración durante la lectura. Apagar dispositivos electrónicos, especialmente el teléfono, ayuda a eliminar las interrupciones. Las redes sociales pueden esperar. Crear un entorno silencioso y libre de distracciones favorece una lectura más efectiva.
Ajustarse al ritmo biológico
Reconocer nuestro propio ritmo biológico es esencial. Intentar leer en momentos inoportunos, como al final del día cuando estamos exhaustos, puede afectar negativamente la concentración. Identificar los momentos más productivos del día y aprovecharlos para la lectura mejora la eficacia y evita la fatiga innecesaria.
Elección del entorno y postura adecuada
Seleccionar un lugar tranquilo y cómodo para leer es crucial. Evitar lugares con mucho ruido o distracciones externas garantiza una mejor concentración. La postura corporal también juega un papel importante. Sentarse en un asiento firme, con la espalda erguida y los muslos paralelos al suelo, favorece una lectura atenta y productiva.
Lectura en voz alta y subrayado
La lectura en voz alta, aunque más lenta, ayuda a comprender textos complicados y mejora la concentración. Pronunciar las palabras activa el aparato fonador, aumentando la atención. Subrayar mientras se lee, además de ser una técnica de estudio, puede forzar la concentración y mejorar la retención de la información.
La lectura no solo es una fuente de conocimiento, sino también una herramienta para mejorar la concentración y la atención. Implementar estas técnicas y consejos en nuestra rutina diaria que pueden mejorar la concentración a través de la lectura, haciéndola más placentera y eficiente. Además, recordar que la alimentación y el entorno juegan un papel crucial en nuestra capacidad de concentración, nos permitirá aprovechar al máximo esta valiosa actividad.