Con una silueta afilada, proporciones atléticas y un interior que respira competición y tecnología, el Tindaya no es solo un coche, sino una pieza de arte en movimiento que reafirma el espíritu inconformista de la marca española.
Con una silueta afilada, proporciones atléticas y un interior que respira competición y tecnología, el Tindaya no es solo un coche, sino una pieza de arte en movimiento que reafirma el espíritu inconformista de la marca española.