Por el color, por el calor y las sensaciones que hemos experimentado a su volante es como si se tratara del poema del romancero gitano de Federico García Lorca al que con tanto sentimiento le cantaba el añorado Manzanita.
Por el color, por el calor y las sensaciones que hemos experimentado a su volante es como si se tratara del poema del romancero gitano de Federico García Lorca al que con tanto sentimiento le cantaba el añorado Manzanita.