Ubicado en el casco antiguo de Ibiza, y con unas vistas privilegiadas al puerto y al mar infinito, el MIRADOR DE DALT VILA representa un remanso de paz que permite descubrir la versión más cultural, histórica y pausada de la isla
El hotel Mirador de Dalt Vila, único miembro de la prestigiosa asociación internacional Relais & Chateâux en Ibiza, se encuentra en pleno corazón de la isla, elevado y flanqueado por las históricas murallas de Dalt Vila, del siglo XVI –símbolo de la arquitectura renacentista, el recinto fortificado está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco–. Con unas vistas panorámicas inmejorables de la ciudad, del emblemático puerto y del horizonte infinito del Mediterráneo, se trata de un establecimiento de cinco estrellas íntimo y exclusivo, diseñado para relajarse y para descubrir –o redescubrir– la isla desde una perspectiva distinta. El hotel ocupa una mansión señorial que data de 1905, antigua residencia de la familia Fajarnés, de la que se han conservado mobiliario de época y obras de arte –como lienzos de pintores ibicencos y llamativos murales–, con una singular pátina histórica que aúna lujo, elegancia y comodidad.
Relais & Chateâux Mirador de Dalt Vila cuenta solo con 12 habitaciones de cuidado interiorismo, inspirado en el pasado de Dalt Vila: en su diseño se han utilizado siete variedades de mármol, ónix verde y piedras semipreciosas. Todas están equipadas con las últimas tecnologías, logrando un sutil equilibrio entre tradición y modernidad, y cuidan mucho los detalles (amenities de la firma Bvlgari, dos albornoces por persona y carta de almohadas). Destaca la Gran Suite, con una sala de estar de 94 m2, zona de dormitorio, dos baños –uno de los cuales incluye sauna y un pequeño gimnasio– y una terraza privada de 74 m2 con jacuzzi exterior. Además, el hotel alberga una pequeña piscina, perfecta para hacer un descanso y leer a la sombra.
COCINA MEDITERRÁNEA CON UN TOQUE ORIENTAL
Uno de los puntos fuertes del establecimiento es su restaurante Es Mirador, con capacidad para solo 25 comensales y una coqueta terraza con las mejores vistas del casco antiguo. Desde el pasado año está capitaneado por Jonathan Reina Belalcazar, chef colombiano que apuesta por una cocina mediterránea de autor, basada en el producto local y con una notable influencia japonesa, palpable en técnicas, elaboraciones e ingredientes. Reina Belalcazar fue segundo de cocina durante cuatro años en Sublimotion, de Paco Roncero, y tras una estancia en Dubái tomó las riendas de Es Mirador en 2022, espacio al que aporta su conocimiento de la despensa nacional y global.
Por las noches, El Mirador presenta un excepcional menú degustación de siete pases más postres y petit fours que cambia periódicamente. Tras un aperitivo de mantequilla de aceituna de Kalamata y colatura de anchoa y unos entrantes dulces y salados (corte helado de queso ses Cabretes con gel de limón, croqueta de jamón y tomate y algodón de azúcar con cacahuetes), se continúa con los capítulos Del mar (ceviche de sirvia –pez limón ibicenco– con ají, boniato asado y maíz; vieira con tupinambo y emulsión de jalapeños, y raya frita con tonjiru de miso) y De la tierra (cochinillo con crema de cebolla asada y melocotón). El menú termina con un broche refrescante, Nueva dirección: royal de kalamansí (o calamondina) con financier de limón, y otro dulce, pannacotta de palomitas.
Además, El Mirador ofrece al mediodía ofrece una carta informal, corta y seleccionada, que incluye entrantes al gusto de todos (embutidos ibéricos, croquetas melosas de jamón, corte helado de quesos con galleta de mantequilla y mermelada de tomate, etc.); a continuación, arroz mediterráneo, ceviche de sirvia, cordero lechal con berenjena o cochinillo a baja temperatura, y postres como el coulant de chocolate Valrhona o la mousse de avellana con bizcocho de chocolate y toffee de maracuyá. La carta de vinos de Es Mirador ofrece una selección de D.O. del país, con especial atención a referencias baleares interesantes.