Su alma mater, Cova Ferrer, realiza a mano cada pieza en su taller en Massanassa, uno de los municipios que sufrió los estragos del temporal el pasado octubre. Hadas, sirenas o brujas forman parte del imaginario de la artesana, que trata de recrear formas mágicas (y translúcidas) que simulan el agua en movimiento.
Inspirada por seres y elementos fantásticos, así como la brujería, muchas de las piezas de Boira Glass son representaciones de elementos de la naturaleza, como flores, animales, plantas o incluso del tarot. El punto de partida de Cova, su alma mater, es la idea de manejar y controlar el agua, algo que define la estética principal de las piezas que confecciona con vidrio. Precisamente, de ahí viene el nombre de la marca: “boira” significa “niebla” en valenciano.
Desde el principio, supo que el nombre de su proyecto debía estar relacionado con el agua, ya que es lo que, asegura, le evoca el vidrio. Sin embargo, no quería que fuera algo obvio o simple, por lo que consideró las diferentes formas y estados del agua. Así llegó a la niebla, pero no desde la perspectiva de las nubes o la escasa visibilidad, sino basada en su definición: una acumulación de pequeñas gotas de agua en suspensión. Por esta razón, el símbolo de la gota tiene un papel fundamental en la identidad del proyecto.
La mayoría de sus diseños están nombrados en valenciano según sus colores: de ‘Riu’ (río), a ‘Mel’ (miel). Entre sus diferentes creaciones, Cova destaca los anillos ‘Anémona’ y ‘Dimoni’ (demonio), esta última una joya única que probablemente no volverá a reproducir. Por su parte, el anillo ‘Pompeta’ es un adelanto de lo que iba a ser su nueva colección, interrumpida por la DANA.
Si bien los anillos son su artículo estrella, Cova también ha realizado colgantes y collares: ‘Lilith’, parte de la colección ‘Perséfone’ (su primer intento de crear una flor, motivo por el cual le tenía un apego especial y nunca lo había puesto a la venta, pero debido a las circunstancias actuales, se vio obligada a venderlo para recaudar fondos), y un diseño creado especialmente para Anamingo, que lo subió a la pasarela en el desfile de su colección primavera-verano 2025 en la plataforma Allianz EGO dentro del marco de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.
Basándose en la experimentación, y en la “prueba y error”, cada pieza está hecha a mano en su taller en Massanassa, con precios que suelen oscilar entre 45 y 100 euros, dependiendo de la complejidad. Su espacio de trabajo, que apenas llevaba unos meses funcionando, fue arrasado por la DANA. Muchos materiales se perdieron en el barro, y la maquinaria más importante, como el horno, tuvo que ser enviada a reparar. Afortunadamente, logró salvar materiales clave, como las varillas de vidrio y el soplete.
Gracias a la solidaridad de personas que conocieron su historia a través las redes sociales, vendió rápidamente las piezas rescatadas del fango, lo que le ayudó a costear nuevos materiales y la reparación del horno. Entre sus planes, está dedicarse al proyecto a tiempo completo y trabajar exclusivamente a través de una página web, utilizando un sistema de pedidos anticipados (pre-order) con un tiempo de entrega estimado de dos semanas.
La prioridad de Cova ahora es consolidar una comunidad fiel que valore su trabajo por lo que es, más allá de la situación que atravesó, aunque está profundamente agradecida por todo el apoyo recibido en estas semanas. A largo plazo, asegura, le gustaría seguir formándose en el ámbito del vidrio, conectar con otros profesionales y explorar la creación de piezas de soplado, como vajillas y elementos decorativos más experimentales, sin dejar de lado la joyería.
Detrás de Boira Glass está Covadonga Ferrer, pero prefiere que la llamen Cova. Nacida en 2001, se ha criado entre Catarroja y Albal, dos pequeños pueblos del sur de Valencia, donde ha crecido, estudiado y espera seguir pasando muchos años de su vida. Aunque le encanta viajar y vivir nuevas experiencias, adora la vida de pueblo. Ha estudiado la carrera de Magisterio Infantil, donde la creatividad y la paciencia son habilidades fundamentales, al igual que en la artesanía.
Tanto ella como su hermana siempre han sido muy creativas y han mostrado un gran interés por las disciplinas artísticas. Por ello, desde pequeñas asistieron a clases particulares de pintura, dibujo y cerámica. Sus padres siempre fomentaron estas actividades proporcionándoles materiales para crear, en lugar de consolas u otros juguetes. Solían producir sus propios juguetes con piedras y plastilina durante los veranos en su pueblo, o grababan películas caseras, ya que también tuvo una etapa en la que se interesó por la fotografía y el vídeo. En Boira Glass confluye, a la perfección, esta amalgama de intereses.
De la arcilla polimérica, con la que empezó, al vidrio
Para dominar la técnica, realizó un curso intensivo en Barcelona Glass Studio y dio el salto a un ‘coworking’ creativo. Eso le llevó a crear sus primeras piezas en cristal, poco a poco desarrollando sus propios diseños y atendiendo algunos encargos a través de Instagram.
Cuando logró ahorrar lo suficiente, montó su propio taller en un bajo que alquiló en Massanassa en mayo de 2024. A partir de ese momento, pudo dedicarle mucho más tiempo al vidrio y llevar a cabo todos los proyectos que ha realizado hasta ahora. La DANA del 29 de octubre del mismo año en Valencia hizo estragos en el espacio y desde ese mismo día inició un camino hacia la reconstrucción.
DIRECCIÓN DE ARTE Y FOTOGRAFÍA_ PALM STUDIO
SET DESIGN_ CRC PROJECTS