Naturaleza, playas, miradores e incluso históricos monumentos decoran los más de 40 kilómetros de rutas
Son muchos los mundos por descubrir en Setúbal, pero si hay un lugar en el que perderse, ese es el Parque Natural de Arrábida. La sierra, que rodea a la ciudad, promete panorámicas de infarto donde contrastan el océano y la verde montaña a través de rutas de todos los niveles que caminan a lo largo de 40 kilómetros que encandilan por su paisaje protegido, flora, fauna y tradiciones locales.
Estos son los caminos por los que dejarse llevar en uno de los secretos mejor guardados de Portugal:
Hacia las laderas de Sao Felipe
Para quienes busquen algo más tranquilo o de fácil recorrido, es posible adentrarse en Arrábida sin alejarse apenas del centro de la ciudad. Una de las rutas favoritas de los viajeros comienza en el encantador ambiente marinero de Setúbal, para continuar a lo largo del río entre los senderos que rodean el Fuerte de Sao Felipe, un bastión defensivo del siglo XVI que se ha convertido en la actualidad en una visita imprescindible en la zona. Desde sus murallas, una de las mejores vistas de la bahía sirve de recompensa final tras cinco kilómetros de camino.
De la montaña a la playa
Otra de las rutas predilectas es la que lleva hasta Portinho de Arrábida, una de las playas más bonitas de la región y enclavada en medio de la naturaleza de la sierra. Para llegar hasta su arena blanca y aguas cristalinas, la ruta recorre otros arenales de la costa de la sierra, en un precioso paseo entre la montaña y el océano Atlántico. Empezando por Creiro, el camino lleva, con un desvío opcional, a las playas de Galapos y Galapinhos, consideradas entre las mejores de Europa.
Más allá de Portinho de Arrábida, el recorrido continúa hasta uno de los rincones más especiales del Parque Natural de Arrábida: la Lapa Santa Margarita. Esta cueva natural, ubicada en la base de la sierra, esconde en su interior una pequeña capilla a la que solo es posible acceder a través de un descenso de escalones hasta el nivel del mar. Su origen se estima en torno a los siglos XVII y XVIII, aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción. Una de las sorpresas más especiales de la Arrábida.
Alto do Formosinho, a vista de pájaro
Para los viajeros con más kilómetros en sus piernas, es el momento de adentrarse en el corazón de Arrábida y encaminarse a las alturas hasta llegar al punto más elevado de la sierra. La ruta comienza en Azeitão, una freguesía de preciosos pueblos plagados de viñas, bodegas, quintas y antiguas residencias de la aristocracia portuguesa. Desde aquí, el sendero asciende por la ladera norte de la sierra hasta llegar al Alto do Formosinho, a 501 metros de altitud.
El recorrido permite acceder a unas espectaculares vistas 360 desde el alto. Los pueblos de Azeitão, Palmela, el río Tajo e incluso Lisboa se vislumbran desde su mirador. En la bajada por la ladera sur, el Convento de Arrábida destaca con sus edificios blancos creando una imagen de ensueño entre el verde de la sierra. El convento, originario del siglo XVI, completa una estampa de postal junto a las pequeñas capillas cuyas cúpulas adornan la ladera.
Las rutas de senderismo de Arrábida son un reclamo perfecto para un viaje en cualquier momento del año. Con la app Walkbox, los viajeros pueden encontrar todos los recursos e información necesarios para despreocuparse y centrarse por completo en el inolvidable entorno natural de la Arrábida.