«Nuestra forma de trabajar no es la más rápida, pero sí la que garantiza los mejores resultados”: la filosofía que está detrás de una de las firmas españolas que continúa poniendo en valor la artesanía y la confección a medida.
Existe todo un mundo de posibilidades más allá del fast fashion. Un espacio lleno de artesanos que realizan su trabajo en torno a la atención al detalle y que construyen para que la moda se ajuste a la persona, y no al revés. Este proceso, lleno de mimo y cariño, es el trabajo que llevan a cabo multitud de diseñadores todos los días y que cuenta con la etiqueta ‘Made in Spain’. Y a todo ello se suma que las firmas enmarcadas en este ámbito producen de manera local, consciente y, sobre todo, a mano.
El valenciano Alex Vidal es uno de ellos. De su taller salen vestidos y prendas de novia e invitada completamente personalizadas a través de su firma homónima. Tal y como cuenta, este enfoque garantiza un control total sobre el resultado, que siempre se cuida al milímetro. “Producimos exclusivamente en nuestro taller de Valencia. Desde el patronaje, pasando por el corte y la confección, hasta las pruebas y entrega final”.
Además, esta filosofía reúne todo lo bueno del pasado con las innovaciones creativas del presente, actualizando las piezas que finalmente ven la luz. “Sigo trabajando en mantener todos los valores que hemos adquirido con el paso del tiempo, (tradición, calidad…) pero también en adaptar el producto y el estilo a las necesidades de una nueva generación. Encontrar el equilibrio entre la tradición y la modernidad es muy complicado, pero no imposible. Mi equipo y yo trabajamos para demostrar que esa combinación es no solo posible, sino necesaria. De lo contrario, perderemos una parte muy importante del arte y artesanía que es la costura”, cuenta el diseñador.
Sumado a lo anterior, pone en valor todo el trabajo que hay detrás para conseguir unos acabados perfeccionados como los que ofrece. “En un mundo donde reina la inmediatez, confeccionar un vestido de manera estudiada, pausada, pensada, es un lujo. Cuando decimos que la gran mayoría de acabados de nuestros vestidos se hacen a mano, no es una estrategia de venta. Nuestra forma de trabajar no es la más rápida, pero sí la que garantiza los mejores resultados. Al igual que las mejores recetas se hacen a fuego lento, los mejores vestidos necesitan también mucho tiempo y cariño, largas horas de aguja en mano”, afirma sobre este proceso que implica semanas e incluso meses. Algo primordial en el diseño de vestidos de novia, donde la clienta es parte del proceso en todo momento.
“El tiempo pasado con cada novia en la primera cita, donde hablamos sobre el diseño que tiene en mente, es lo más inspirador para mí. Es súper importante conocerlas lo máximo posible, que haya buen feeling y que estemos en sintonía, captar un poco no solo su gusto sino también cómo es ella. Ese es el factor determinante que me ayudará a acertar con los diseños”, explica Vidal, demostrando que el lujo no está solo en la moda, sino también en la personalización y en la cercanía.