Laura Gordillo


Es consultora de arte y una emprendedora nata. Se formó en Administración y Dirección de Empresas y los últimos siete años se ha dedicado profesionalmente a la innovación corporativa y a la aceleración de startups. En paralelo, Laura Gordillo se ha formado en temas relacionados con el mercado del arte, un mundo que le apasiona porque “es una ventana a un universo más rico, más amplio, sin barreras y lleno de posibilidades, que permite la contemplación de las cosas desde otro lugar y nos ofrece el salir de lo mundano y rutinario”.

Con el claro objetivo de crear un puente entre el mundo de las marcas y el del arte, en 2021 fundaba la empresa Art for Impact con el que da visibilidad al trabajo de diferentes artistas para que lleguen a nuevas audiencias, como por ejemplo con la iniciativa #PonUnGordilloEnTuVida.

Laura, ¿El arte es un modo de vida?

Desde mi punto de vista, sí lo es. El arte es un modo de vida, una manera de ser, de ver y de percibir el mundo que nos rodea. Amplía nuestro mundo interior, nuestra conciencia. Tiene el potencial de hacernos conectar con nuestro yo más profundo, con esa parte inmaterial que nos da la capacidad de sentir y pensar. Es una ventana a un universo más rico, más amplio, sin barreras y lleno de posibilidades. Además, creo que hay una parte del arte que es subjetiva, que se expresa en un lenguaje universal y comprensible para cualquier ser humano, ya que apela a nuestros sentidos y emociones. Permite la contemplación de las cosas desde otro lugar y nos ofrece el salir de lo mundano y rutinario. Con el arte, hay una predisposición genética importante pero también creo que hay un aprendizaje en el mirar, en el ver y en el estar abierto a conectarse con el mundo que nos rodea.

Háblanos del proyecto Pon un Gordillo en tu vida. ¿Cómo surge esta idea tan inspiradora?

Pon un Gordillo en tu vida es un proyecto que creé con mucha ilusión para acercar la obra de mi padre a nuevos públicos. Son Ediciones Limitadas cortas de obra gráfica de muy alta calidad, que se suceden a lo largo del año en forma de cápsulas temáticas para transmitir sus distintas facetas artísticas.

Creo que el arte puede ser complejo de entender e intimidante. Con este proyecto, quiero facilitarlo con una comunicación espontánea e informal, un lenguaje cercano y fácil de entender que no genere barreras de comprensión entre el arte y el público, sino que construya conexiones y que el público sea partícipe, no un simple espectador. Me interesa darle a la gente la oportunidad de integrar en su vida la obra de un artista consagrado como mi padre, pero también facilitarles que se nutran de todo lo que gira en torno a la obra final: el proceso creativo en el estudio y el universo del artista, el significado de las obras, el periodo artístico, la técnica artística, etc. Esto facilita que la gente pueda conectar emocionalmente y más profundamente con las obras.

¿Por qué Instagram como lugar de venta de las cápsulas?

No es el único, pero sí el principal. Por su escalabilidad y por su capacidad de llegar a nuevos públicos y a un perfil muy variado, es la plataforma idónea.

¿Cuál es la temática de la próxima edición limitada?

Hemos lanzado la nueva cápsula, la Edición Limitada 8, con la obra Gran Selva Rosa (G-S-R), una obra histórica de 1969, única en su esencia, en su estética y su significado. En ella encontramos muchas de las claves del trabajo de mi padre, resumiendo sus distintas facetas e influencias: el informalismo a través de los “dibujos automáticos”, el arte Pop con elementos figurativos, el geometrismo y ese mundo suyo tan orgánico y laberíntico. En los años 60, mi padre indaga por primera vez sobre el funcionamiento de la mente, en cómo fluyen y se ordenan las ideas. Lo vemos reflejado en G-S-R a través de formas orgánicas e irregulares que se agrupan construyendo imágenes y creando estructuras geométricas casi hipnóticas. Se perciben motivos abstractos tan icónicos suyos como las “células” y los “meandros”. Con todos estos elementos, algunos contradictorios, Gordillo configura a lo largo de los años un estilo único e irrepetible.

¿Eres una mujer hiperconectada?

No lo creo. Es verdad que me apoyo mucho en plataformas como Instagram para transmitir y compartir mi mundo en torno al arte, pero mi prioridad es la vida real, humana y física, fuera de las redes. Tengo mucho cuidado de darle a lo digital y a las redes su justo valor e impacto en mi vida. Para mí, las redes sociales y lo digital son un medio, una herramienta, fundamental desde luego, pero no el objetivo final.

Estamos sumergidos en una dinámica de vida muy rápida y no nos paramos a pensar, estamos con el piloto automático puesto. La pausa, la reflexión y la desconexión digital me parecen clave para aislarnos de todo ese ruido exterior que a veces nos impide tener una mayor consciencia de quiénes somos y a dónde vamos y para parar esa “carrera” de la sociedad hacia no se sabe dónde.

Para conseguir desconectar, ¿cuál es tu plan ideal?
En mi caso muchas veces desconecto conectando con gente que me hace vibrar, con la naturaleza, conmigo misma, con la creatividad que llevo dentro y con la de mi entorno (artistas, creadores, diseñadores y un largo etc.)-. Me meto en sus mundos creativos y conecto con su realidad paralela, llena de belleza y de riqueza emocional y estética.

Otras veces, desconectar también significa pausar e incluso retroceder, tomar perspectiva y hacerme preguntas. Analizar hacia dónde voy y por qué. Esto es un proceso más solitario que hago rodeada de naturaleza o en casa cuando siento paz. Dice el pensador chino y creador del taoísmo Lao-Tse que si no puedes avanzar una pulgada, retrocedas un pie. Me gusta mucho esa filosofía -que va tan a contracorriente de la sociedad actual que corre a toda marcha muchas veces sin preguntarse a dónde va y por qué-.

¿Qué tipo de cosas te motivan?

Dedicarle tiempo y cariño a los míos, mis amigos, mi marido, mi familia… Eso es lo máximo para mí. Aparte, estoy continuamente conociendo y conectando con personas nuevas apasionantes, un enriquecimiento constante. Estar continuamente en contacto con creadores y personas enormemente creativas y con un mundo interior muy amplio, es muy enriquecedor. Acompañarlos, aconsejarles, ser partícipe de sus proyectos y de sus sueños.

¡Me llenan y me nutren muchas cosas! Algunas que emanan de dentro, como esa mirada curiosa hacia mi entorno, pero también una infinidad de ingredientes externos, que me estimulan y enriquecen continuamente -arte, moda, música, arquitectura, gastronomía, ciencia, y sobre todo conexiones y sinergias entre ellos-. De hecho, curiosamente, suele ser en la frontera entre distintos campos donde encuentro esa energía intelectual y emocional.

¿Cómo ha evolucionado el sector del arte en los últimos años?

La sociedad está continuamente cambiando, y con ella la cultura, el arte. Las posibilidades del arte se disparan en múltiples direcciones y siguen multiplicándose y mutando.

La tecnología y lo digital está cambiando la forma de crear, de acceder y distribuir el conocimiento, pero también está cambiando al creador contemporáneo -tiene un impacto importante en la mirada del artista, su manera de imaginar y de crear-. Por otro lado, también creo que esta sobredosis digital está provocando la reacción contraria, que se busque crear experiencias físicas y también volver a la esencia de lo artesanal y la tradición.

Por otro lado, la expresión artística incluye la expresión de lo propio, de las profundidades de cada artista, pero todo está teñido por el mundo en el que uno vive y eso se puede percibir en el arte actual. El arte actúa como brújula de nuestra sociedad y da voz a retos actuales como el feminismo, el cambio climático, la protección del ecosistema natural, el impacto de lo digital en nuestras vidas, el retorno a lo artesanal, temas sociopolíticos, la pandemia, la salud mental y un largo etcétera.

¿Cuál de tus logros te hace sentir más orgullosa?

No es necesariamente un logro, pero sí algo que estoy viviendo actualmente y de lo que me siento orgullosa: compatibilizar mis propios proyectos y aspiraciones profesionales como el de art advisory con acompañar a mi padre a gestionar su legado artístico y la estrategia que vamos a seguir cuando él ya no esté, un tema fundamental. Esto último es un nuevo proyecto de vida y un gran reto. Requiere estrategia, planificación y orquestar un buen equipo.

¿Cuál es tu visión personal de los negocios?

Yo vengo del mundo de la empresa, estudié empresariales internacionales y emprendimiento. Creo que los negocios, para ser realmente sostenibles en el tiempo y generar un impacto positivo, deben aportar no solo un valor económico sino también un valor social, a los ciudadanos, consumidores y a la sociedad, y un valor ecológico, es decir, estar en sintonía con el cuidado y protección de nuestro planeta. Esos tres ejes son para mí fundamentales.

¿Cuál es la última obra de arte que te has comprado?

Un cuadro de mi amiga la artista Martina Rodriguez Moran, una obra preciosa llena de vitalidad y de poesía.

¿Tienes alguna máxima en tu trabajo?

El instinto ha sido siempre mi mejor brújula, sigo mi intuición.

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