Manuel Carrasco: “Cada uno tiene su lugar de retiro donde se reconcilia con sus cosas y con su propio yo”
En un momento de madurez artística y personal, Manuel Carrasco vuelve con Pueblo Salvaje II, un disco que late con fuerza propia y escapa de las fórmulas para conectar con lo más íntimo del ser. En esta entrevista, el artista andaluz nos habla de reconciliación interior, evolución creativa y de ese rincón del alma —físico o no— donde uno se reencuentra consigo mismo. Un Carrasco reflexivo, auténtico y dispuesto a llevar su instinto salvaje del estudio al escenario.
Manuel, ¿Cómo nació el concepto de Pueblo Salvaje II?
Pues se fue dando una cosa con otra. Yo creo que cuando empiezas a hacer canciones hay una impronta primera que empiezas a notar y que va marcando un poco el trascurso de lo que va a ser el color del disco. Y estas canciones yo las sentía como muy salvajes por cómo me estaban haciendo. Como si dijéramos que salían más del subconsciente que del consciente. A partir de ahí se fue creando un camino que dibujó este sonido, estas letras y esta manera que yo sí que siento un poco diferente a la de los discos anteriores.
¿Alguna canción de este álbum te ha hecho replantearte algo en tu vida?
En principio yo las canciones las hago para mí. Y en este disco hay ciertos mensajes o ciertos valores que yo siento que está bien recordarlos y tenerlos presentes, ¿no? Por eso creo que he escrito un disco bastante con diferentes matices porque creo que simplemente mi vida está en otro momento y en otro rollo y a partir de ahí pues uno empieza a escribir otras cosas. Me parece que no es un disco que se queda en lo típico, que se queda en una fórmula ya usada, sino que creo que va más allá y por eso me siento orgulloso, porque en mi carrera intento evolucionar e intento hacer cosas diferentes y en este caso pues creo que lo he conseguido.
Has dicho que Pueblo Salvaje no es un lugar físico, sino un rincón del alma. ¿Cómo accedes tú a ese lugar?
Bueno, buscando la calma y la paz que todo el mundo necesita. También podría ser un lugar físico, ¿eh? Cada uno tiene su lugar de retiro donde uno se reconcilia un poco con sus cosas y con su propio yo. Aunque es verdad que la amplitud de lo que es el sentimiento de Pueblo Salvaje tira por eso mismo. Yo creo que cuando uno tiene el poder dentro, el lugar da igual un poco. Pero que es verdad que hay lugares que te llevan a ese estado de ánimo. Así que está todo un poco ahí mezclado, pero sí que siento que es un lugar donde uno acude para estar mejor con uno mismo y para encarar el mundo y los días que tenemos en la vida desde un lugar donde uno se sienta más a gusto consigo mismo. La vida siempre se va a mover porque es la naturaleza de la vida, pero cuanto más fuerte estés tú por dentro, pues mejor para encarar las cosas, las buenas y las malas.
¿Por qué comenzar con Pueblo Salvaje II y no con el I?
Tiene un porqué (risas) que ahora no es cuestión de explicar, pero bueno, tiene su porqué. Creo que llegó un momento en el que sentía que este concepto era mucho más amplio de lo que podía caber en un disco y por ahí hay va explicación que ahora mismo no toca, pero que tiene su sentido.
¿Cómo ha cambiado tu manera de hacer música en este disco?
Yo estoy en constante evolución y creo que es un disco que, aunque tiene mucho de raíz y mucho de folclore, también es muy amplio a nivel de registro y sí que pienso que hay cosas que he cambiado. Creo que es un disco que nace mucho desde la guitarra, por ejemplo, la composición, y eso hace que las canciones tengan un olor diferente, una manera diferente. Es un disco muy rítmico y es muy salvaje, por eso lo llamo así, ¿no? Porque creo que se entiende y se nota que letrísticamente y rítmicamente va por otros derroteros.
¿Qué sonidos o instrumentos has descubierto o redescubierto durante la creación de este álbum?
Pues mira, hay instrumentos centenarios. Hay un instrumento que se llama la zanfona, que está en la canción Tengo el poder. Hemos tocado hasta con butacas de playa, imagínate (risas).
Cuando te digo que ha sido salvaje, es salvaje de verdad. Hemos tocado con muchos instrumentos artesanales, además. Instrumentos que están casi en desuso y eso creo que le ha dado un colorcito muy bueno.
¿Cómo lo vas va a llevar al directo?
Espero que de la mejor manera. Creo que en el directo es donde mejor muestro lo que va a ser el disco y estamos preparando un montón de cosas para sorprender a la gente y para estar a la altura de lo que han sido mis directos hasta ahora. Así que tengo muchas ganas de mostrarlo, ya queda muy poquito para la puesta de largo en Sevilla.
¿Cómo te has preparado para una gira tan intensa?
Pues como siempre, dedicándole muchas horas. Tampoco hay secreto, ¿eh? Cuidarse un poquito físicamente, dar algunas clases vocales también, y sobre todo poner toda la carne en el asador a nivel de ganas, de ilusión y de trabajo. A partir de ahí, con todo ese cóctel, las cosas saldrán, si Dios quiere, bien.
¿Cómo mantienes el equilibrio entre tu vida personal y las exigencias de tu carrera?
Como buenamente puedo (risas), la realidad es esa. Tampoco me quejo, realmente me he criado desde pequeñito en un ambiente así como duro, en cuanto al trabajo, la conciliación familiar… y yo, al fin y al cabo, me siento un privilegiado. De eso no me quejo. Entre comillas, también paso tiempo con mis hijos, mi familia.
Y cuando tengo que estar fuera es lo que me toca y un poco nos hemos adaptado a las circunstancias. Pero bueno, no me quejo, la verdad, lo llevo bastante bien y creo que mi familia también. Y en esa vamos.
¿Manejas bien la presión y el estrés?
Por momentos (risas). En ese aspecto sí que he tenido que evolucionar muchísimo porque en esta profesión no se acaba. La presión no se va nunca. Y si llegas a un escalón, normalmente acabas yendo a otro, todo es muy cambiante. Por lo tanto, tienes que estar a prueba de bombas. Entonces, o sigues creciendo personalmente o la situación te abruma. Considero que sigo aprendiendo y en constante evolución porque si no sería muy difícil. Pero bueno, aun así, evidentemente hay momentos donde se hace más difícil porque la exigencia que uno se autoimpone también es grande. Y a veces no es fácil, pero bueno. Convivimos con esa parte y además la llevo bien porque es algo que he elegido, evidentemente. Y además tiene una recompensa muy grande. Esta profesión si tiene algo es que te devuelve mucho. Por ejemplo, ahora que he trabajado tanto, tanto, tanto, estoy con muchas ganas de recoger todo ese cariño por parte de la gente después de que salga el disco y llevármelo ahí a mi corazoncito y llenarme de toda esa bonita energía que vamos a tener en los conciertos.
¿Cuál fue ese momento o experiencia que te hizo decidir que la música sería tu vida?
Yo siempre he pensado que la música iba a estar en mi vida, pero nunca me hubiera imaginado hacer todo esto que he hecho. Ni por asomo. Pero sí que sentía que la música iba a formar parte de mi vida, ya la formaba desde pequeñito, así que era algo como que me acompañaba y que me hacía fuerte. Y yo me agarré a eso como un clavo ardiendo. Es que no tenía un plan B en mi vida, ¿sabes? A partir de ahí, para bien o para mal, he seguido esa señal que tuve.
¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante que has tenido como artista?
Siempre ha sido el cariño del público, está claro. El sentirte cómplice, entendido, como en una misma burbuja con la gente… Yo creo que todo el mundo quiere, uno, sentir cariño por parte de los demás, y dos, sentir complicidad. Y yo eso lo he sentido muchas veces, con creces. Eso hace que me sienta realizado también a la vez. Evidentemente el sentimiento de agradecimiento es inmenso porque sé que no es común y yo me siento muy afortunado por ello. Y cada vez más porque uno va cumpliendo años y dice ‘madre mía, lo difícil que es esto y la suerte que he tenido en cuanto a ocupar gran parte de mi vida en algo que de verdad me devuelve tanto’. Es muy fuerte.
¿Cómo esperas que este concepto evolucione en Pueblo Salvaje, no sé, V, I, III? ¿Tienes ya algunas ideas?
(Risas). Pues no lo sé, pero ojalá que se dé bien. Yo creo que es un concepto muy amplio para tirar de él. La gente también dirá, ojalá que se entienda bien la idea, y que sume; ya no tanto que guste, sino que, bueno, se valore. Creo de verdad que es un disco que tiene algo importante, pero bueno, el tiempo lo dirá. Yo voy a seguir tirando un poco del hilo y a seguir dándole forma a eso que yo siento y que creo que me conecta conmigo mismo y también con los demás. Y eso es lo que voy a seguir haciendo. Ojalá que haya muchas entregas de este Pueblo Salvaje, que será buena señal.