Artista desde la cuna, la música y el baile corren por sus venas. Habiendo bebido desde su nacimiento de fuentes de talento y expresión artística, Tatiana Delalvz se ha empapado de todo este arte para aunarlo en un estilo propio. Ahora, la cantante estrena su nuevo álbum Los Cafés Cantantes, un viaje intimista donde la fusión de géneros y sonidos colma de pureza e innovación a unas historias cargadas de sentimiento, fuerza y veracidad.
¿Qué recuerdos de la infancia relacionados con la música tienes grabados en tu memoria?
Es que yo no tengo recuerdos sin la música y sin el arte, siempre he estado rodeada de artistas. He tenido la gran suerte de vivir con una artista, que es mi madre, y poder mamar de ella y de todos los que la han acompañado. Yo era como muy esponja y todos los recuerdos que tengo son en un tablao, en un teatro o en clases de arte.
Entonces la música siempre ha estado súper presente, ¿cuándo te diste cuenta de que era el centro de tu vida?
Nunca sopesé la idea de que no lo fuera… Verbalicé con siete años que iba a ser artista, pero tenía ya muy interiorizado que me iba a dedicar a eso. Date cuenta de que cuando eres pequeña pero vives en giras, en conciertos, y tienes la oportunidad de aprender algo por lo que sientes mucha curiosidad y siempre te lo muestran como algo válido, algo a lo que puedes dedicarte profesionalmente, lo asumes muy pronto.
¿Nunca pensaste en un plan B por si esto de la música no funcionaba?
Mi plan B también es la música (risas). Siempre lo digo, a mí me encanta todo lo que tiene que ver con el arte, el mundo del tatuaje me gusta mucho, también dibujar (y no se me da mal). Tengo muchos tatuajes.
¿Cuántos?
17 y voy a tener más.
La cocina me gusta también. Pero si no fuera artista, quizá hubiera sido manager, hubiera montado una discográfica o me hubiera dedicado a dar clases… Siempre algo entorno a la música.
¿Qué ha supuesto para ti el lanzamiento de este disco?
Un sueño. Mi sueño desde que era pequeñita era grabar un disco. Creo que todos los músicos tenemos ese sueño de tener algo material de lo que puedas decir ‘esto lo he hecho yo con todo el amor del mundo y aquí estoy’. He ido sacando muchas canciones y por fin tengo un proyecto compacto en el que he querido compartir mi vida y mostrarme al mundo para que sepan un poquito más de mí, no solo como artista sino como persona.
¿Qué es lo más gratificante de este trabajo?
Lo más gratificante es el trabajo bien hecho. El escuchar algo un día, que pasen dos semanas y lo escuches otra vez y pienses ‘no estaba tan loca como la gente pensaba, está bien hecho’. Y sobre todo tener el apoyo tan grande que tengo de mi familia.
¿Hay paralelismos entre la historia de Los Cafés Cantantes y tu vida?
Es mi vida dividida en ocho capítulos, desde la infancia hasta la actualidad, hablando desde la represión hasta la libertad. Me he abierto en canal y he soltado todos mis sentimientos.
¿Y eso no da vértigo?
Muchísimo y más para una artista emergente. Normalmente la gente lo hace cuando ya lleva muchos años en la música, pero para mí ha sido una liberación.
¿Porque es más fácil cantar que contar?
No. Para mí, no. Yo soy una persona que habla hasta con las piedras si hace falta. No tengo problema. Mi madre y mi padre me han inculcado tanto que llorar es bueno, tan bueno como reír, como que hay que hablar las cosas.
¿Crees que se puede tratar cualquier tema en la letra de una canción?
Por supuesto que sí, hay que saber enfocarlo.
¿Qué significa que Los Cafés Cantantes es un álbum conceptual?
Un álbum conceptual normalmente es un álbum que cuenta una historia, en el que todo tiene un porqué y todo está muy estudiado. Por ejemplo, el disco tiene ocho canciones porque mi abuelo, que era una persona muy importante para mí, falleció el día 8 de septiembre. Dentro del disco, la portada tiene ocho tatianas con una novena que es la Tatiana actual, pero en las ocho tatianas cuenta la historia entera hasta llegar al último capítulo que es Cariño y después de eso está la Tatiana actual que es la que está en medio. Dentro del disco aparecen todos los elementos familiares que me recuerdan a mi infancia, a mi pasado y a mi actualidad. Cierro el disco con una canción que se llama Cariño que tengo tatuado en la mano izquierda con la letra de mi abuela porque en ese tema alcanzo la felicidad máxima: he encontrado el amor de mi vida y yo siempre voy a querer un amor como el de mis abuelos. Todo tiene un porqué. En la segunda canción, hay una introducción de una copla en la que se escucha la voz de una mujer que es mi abuela hace cuarenta años; es un audio que hemos rescatado para que explique el tema. Se llama La fuente y está basado en un poema de Dámaso Alonso que dedica a Federico García Lorca y es la primera canción de oscuridad, de un momento de depresión máxima. Todo está relacionado por eso es un álbum conceptual.
¿Cuántas vueltas has tenido que darle a todo?
Pues imagínate (risas). Es que yo soy muy cuadriculada, como buena pianista.
En Ojos Claritos hablas del proceso natural de la aceptación, ¿hasta qué punto ha sido importante sentirte libre para que este disco sea como es?
Hasta el último punto. Para poder hacer este álbum, yo he necesitado sentir totalmente la libertad, poder cantar lo que quería cantar, pasear con mi novia de la mano y tener una psicóloga muy buena para afrontar todos los miedos y toda la represión que uno tiene por dentro cuando no se ha sentido libre durante toda su vida.
¿Cómo concibes la fusión?
Siempre he dicho que la música evoluciona y esa evolución se basa en la fusión. Cuando estudias los diferentes periodos musicales hasta llegar a la actualidad, te das cuenta de que uno tira siempre de otro, pero da un paso más allá. ¿Eso que quiere decir? Que en Mozart había fusión, que en Chopin había fusión, en Manuel de Falla también había fusión. Muchos clásicos van a leer estoy y me van a querer matar, pero la realidad es que hay muchas obras suyas que son flamenco puro. De hecho, mi trabajo de fin de carrera fue la relación de la música clásica española con el flamenco, así que sé de lo que hablo.
La fusión, siempre que se haga con respeto, nunca es dañina.
¿Hay límites?
Para mí no los hay. El único límite es el que te pones a ti mismo.
¿Qué opinas de Rosalía?
Para mí Rosalía ha supuesto un antes y un después en la música en España. Pienso que ha abierto muchos caminos a todas las disciplinas, no solo a la música. Ella tenía un concepto muy estudiado. Lanzó un álbum conceptual para el que tuvo que partirse mucho la cabeza y, tenga que ver o no con el estilo de música que tú haces, es un referente por tener un par de ovarios en la industria y tirar para delante con un proyecto que al principio mucha gente no quería y que recibió críticas por todos lados.
¿Qué vienen los próximos meses, Tatiana?
Seguiremos sacando música, seguiremos cantando Los Cafés Cantantes, vendrán conciertos, presentaciones… Me encantaría escribir un libro… Por pedir… (risas).
¿Cómo describirías este 2022?
Intenso. Por todos lados.
Para ti, el 2023 será el año de…
Pues no lo sé… Será el año de trabajar mucho, de seguir soñando, de seguir construyendo… Y también será el año de intentar por todos los medios compartir momentos con mi familia, con mis amigos, que este 2022 he tenido pocos.