Si sufres de raíces grasas es probable que sientas la necesidad de lavarte el pelo cada día. Sin embargo, con esto estamos consiguiendo que el cuero cabelludo genere todavía más grasa, por lo que se convierte en un círculo del que no podemos salir. Por ello, conviene conocer las claves para salir de este bucle y hacer que el pelo aguante más días limpio.
1. Al menos… un día sin lavarlo
El cuero cabelludo necesita sus aceites y grasas esenciales. Cuando lavamos todos los días el pelo, sobre todo si usamos productos con químicos, estamos eliminando esos aceites y provocamos una alteración en el cuero cabelludo, comenzando este a generar esa grasa. Y es que aunque no exista un número adecuado de días que debemos lavarlo a la semana, lo ideal está en esperar entre 1-3 para cada lavado. Tampoco es correcto lavarlo solo un día a la semana, porque el cuero cabelludo se llena de restos de partículas, ácaros, etc… que debemos eliminar y limpiar a menudo.
2. Elige un corte de pelo que favorezca tu condición
Si utilizamos peinados como flequillos recto o abiertos, tendremos que lavarnos el pelo con más frecuencia porque con la grasa de la frente estaremos ensuciando el flequillo. Además, también es un buen consejo evitar tocarnos tanto el pelo porque al hacerlo lo ensuciamos, y si llevamos un flequillo que tengamos que apartar a menudo del rostro, lo estaremos ensuciando más.
3. Cuidado con los productos y herramientas de peinado
Cuantos menos productos usemos en el pelo, más tiempo nos aguantará limpio. Evita usar lacas, gominas, espumas… ya que ensucian mucho el pelo. También debemos evitar las planchas, rizadores y otras herramientas porque también engrasan el pelo.
3. Utiliza productos respetuosos con tu cuero cabelludo
Si lavas tu pelo a menudo con productos muy agresivos estás causando alteraciones en el cuero cabelludo. Procura utilizar productos sin sulfatos, siliconas, parabenos ni sales, siempre libres de estos químicos dañinos. Si cuentas con raíces grasas, lo mejor será elegir un champú que sea específico para esta condición: “Por ejemplo, los productos que contienen pomelo o bardana funcionan muy bien para hacer una limpieza profunda del cuero cabelludo sin dañarlo y evitar que se genere tanta grasa. Nuestro objetivo debe ser siempre cuidar el pelo, la raíz y el cuero cabelludo de la manera más saludable posible, con ingredientes naturales y sin plásticos ni tóxicos” – nos explica María García, responsable de experiencia de cliente para la firma sevillana de champús sin sulfatos Dalire. Dentro de este tipo de champús, los sólidos son igualmente válidos, como los que elaboran Tina Wilssems y Filip Van, fundadores de la firma cosmética gaditana Di Oleo: “Todos ellos son naturales y cumplen funciones específicas, los tenemos anticaspa, fortalecedores, nutritivos, hidratantes y para cabellos secos, teñidos, rizados, grasos o delicados. Entre los ingredientes, triunfan los de semillas de chía y lino, sándalo, caléndula, romero y jengibre, que vendemos a través de nuestra página web pero también en distintas tiendas eco y herbolarios de toda España”.
Para David Lesur, director de formación de los salones David Künzle, el champú ideal debe ser siempre natural en asociación con la ciencia molecular: “Debe incluir vitaminas, proteínas, filtros UV y otros componentes que mejores la calidad del cabello y traten la necesidad específica de cada caso, además de ser respetuosos con el medio ambiente”, algo en lo que también incide Sonia Atanes, directora del salón Sonia Atanes Hair Beauty en el Paseo de la Castellana: “No sólo hay que evitar ciertos ingredientes, debemos cambiar el champú con la época del año en que nos encontremos y observar lo que necesita nuestro cabello en ese momento, si protección, volumen, nutrición, elasticidad o hidratación“.
Atanes advierte también que deberíamos fijarnos más en la letra pequeña al comprar un champú: “Hay que saber interpretar las etiquetas de los productos, como por ejemplo la durabilidad de un envase abierto -que es un pequeño dibujo de un bote con los meses puestos encima- o los ingredientes y el orden que llevan en el código INCI (etiqueta). Cuánto más al principio está, mayor cantidad en su composición. De esta forma, podemos valorar su calidad. También a evitar, el hidróxido de sodio, un agente muy agresivo”.