MADEIRA, UNA ESCAPADA DE RELAX

Si bien el destino atlántico es conocido por su naturaleza y por amplia variedad de propuestas de turismo activo, Madeira puede ser también el paraíso de bienestar y relax para los que estén buscando unas auténticas vacaciones.

Además de sus atractivas actividades para practicar en familia, pareja o de forma individual como un paseo entre viñedos o en el mar con chef a bordo; un pícnic al amanecer en Ponta do Rosto o una cena con vistas al mar en la bahía de Funchal, el viajero puede relajarse con un baño en cualquiera de sus playas o piscinas naturales, perdiéndose entre la naturaleza o con un Spa frente al mar. ¡A respirar hondo y relajarse!

Madeira tiene muchas razones para ser descubierta. Además de su extensa propuesta de turismo activo, el destino atlántico propone originales planes para relajarse en compañía disfrutando de la naturaleza, respirando aire puro entre viñedos o degustando el mejor de los bocados frente al mar.

Cenas con vistas en Funchal

Sin duda, uno de los grandes reclamos del destino es la propia capital del archipiélago, Funchal, que se abre como un balcón al Atlántico, extendiéndose en la costa sur de la isla y erigiéndose como centro turístico, comercial y también cultural del destino. Además, es también un epicentro creativo en la isla que encuentra en la ciudad el espacio necesario para desarrollar originales iniciativas como el proyecto cultural “Arte de Puertas Abiertas” que la convierte en una “galería de arte al aire libre”. Divisar Madeira desde el teleférico o descubrirla paseando por el casco antiguo de la ciudad, visitar la bella e histórica Catedral de Sé, el Parque Santa Catarina, la Marina de Funchal o el Mercado dos Lavradores son algunos planes interesantes. Y para terminar el día, la mejor cena con vistas al Atlántico. ¿Se puede pedir más?

Paseos en barco con chef a bordo…

Una de las diferentes formas de conocer Madeira es desde el mar. El color azul rodea el archipiélago, brindando experiencias acuáticas (y refrescantes) para el visitante. Los tours gastronómicos con chef a bordo es una interesante (y deliciosa) manera de conocer el litoral madeirense degustando la mejor cocina al ritmo de las olas, con olor a océano y avistando cetáceos, convirtiendo a las ballenas y delfines en las mejores compañeras de viaje. Frente al mar, se encuentra tierra firme con 2/3 de Parque Natural y el Bosque de Laurisilva como principal reclamo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999.

… O entre viñedos

 Sin duda, una de las señas de identidad de Madeira es el vino de la región que cuenta con 4 denominaciones de origen y un Festival dedicado en septiembre que marca el calendario anual y el final del verano. La isla está salpicada por quintas, casas de campo típicas portuguesas, donde se cultivan las diferentes variedades de uva y que organizan actividades lúdico-culturales para acercar y dar a conocer el mundo del vino al público, como la participación en directo en una vendimia tradicional o buffets tradicionales de gastronomía madeirenses con cata de vinos.

Un picnic al amanecer

¿Qué mejor forma de comenzar el día que cogiendo fuerzas mientras sale el sol en el horizonte? En Madeira se puede con un picnic en Ponta do Rosto en el extremo este de la isla, donde surge la Ponta de São Lourenço, una península con cerca de 328 hectáreas y una altitud media de 100 metros. Un desayuno entre las nubes será la mejor manera de conocer la isla desde las alturas respirando el aire puro mientras se contempla los acantilados, las montañas y el mar, como escenario de fondo. Además, un jeep tour por la zona de São Vicente es otro plan altamente recomendable para conocer la Madeira verde, profunda y de postal desde la aventura sin olvidar Santana con sus famosas casas para hacerse una idea del estilo de vida tradicional, y cuyo municipio fue reconocido en 2011 por la UNESCO con la distinción de «Reserva de la Biosfera».

Bienestar por los cuatro costados

El esfuerzo realizado al recorrer los senderos y levadas de la isla, así como los paseos por la costa, pueden hacer que el cuerpo necesite un momento de relax dirigido por un profesional. Hay muchos centros de masajes y spas en Funchal para cuidar el cuerpo y la mente del viajero después de un día activo, donde se podrá disfrutar de una serie de tratamientos tradicionales, retiros holísticos y terapias diversas, dando lugar a una variada oferta de bienestar. Uno de los más populares es la talasoterapia, un tratamiento antiestrés que utiliza las propiedades únicas del mar. Los baños de agua de mar caliente pueden prevenir y aliviar problemas como el reumatismo o la artritis.

Porto Santo, la mejor playa por descubrir y con festival propio

A poco más de dos horas en ferry desde Madeira y a una hora y media de vuelo desde Lisboa, la isla dorada, Porto Santo, es la playa por excelencia para todos los madeirenses y también para el viajero internacional que quiera viajar y desconectar. Y no es para menos: sus 9 kilómetros de longitud así lo testifican. Desde el nivel del mar hasta la mayor altitud de la isla, Pico de Facho (517 metros); paleo dunas; acantilados con pianos, raras formaciones geológicas en zonas compuestas de lava; viñedos; rincones de postal como Ponta Da Calheta, el punto más cercano a la isla de Madeira, que cuenta con el Miradouro das Flores; el campo de golf de Seve Ballesteros para los amantes del swing o un poco de historia con la  Casa-Museo de Cristóbal Colón que da lugar a un conocido festival a finales de septiembre, son solo algunos de los atractivos de la hermana pequeña del archipiélago.

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