En verano, el ritmo de la capital cambia, la luz y los olores son diferentes, baja el nivel de ruido y los paseos por muchas calles y rincones emblemáticos de la capital son todo un placer. (Por Maika Cano).
Festivales, conciertos, cines al aire libre, piscinas y compras conforman solo una parte de una enorme oferta que se complementa con algunas originales iniciativas. Por ejemplo, el ayuntamiento de Madrid propone ‘Refúgiate en la cultura’, para que durante las horas de más calor puedas disfrutar de conciertos de flamenco gratis en el Prado, el Reina Sofía o el Thyssen. O que bibliotecas municipales, centros culturales, salas de cine y espacios tan emblemáticos como el Círculo de Bellas Artes, Matadero Madrid o CentroCentro, actúen como auténticos refugios climáticos culturales en los que refugiarse para leer, aprender y descubrir.
EL LUJO DE QUEDARSE EN MADRID EN VERANO
Desde aquí os proponemos tres planes gastronómicos, dos en el suelo y otro en el cielo, para redescubrir la capital desde el paladar primero pero también desde el resto de los sentidos.
La cuadra de Salvador: un lujo de carta en un espacio de lujo
Tras elegir Madrid para su desembarco internacional, el restaurante La cuadra de Salvador, con cuatro establecimientos en Lima, se ha consolidado en la capital como un referente para los amantes de los buenos cortes de carne y la cocina peruana de fusión.
Ubicado en el barrio de Las Cortes en un edificio histórico, su carta ofrece desde cortes premium, como el Black Angus USDA Prime o el wagyu japonés A5, preparados en un horno broiler de alta temperatura, hasta emblemáticos platos locales como los anticuchos de Salvador, el lomo saltado o el ossobuco al maíz morado.
El antiguo Café Galdós madrileño es ahora este restaurante de casi 1.000 m2, distribuidos en dos plantas, con una cocina vista e incluso un salón privado con barra propia, perfecto para celebraciones exclusivas o reuniones corporativas. El diseño ha estado liderado por el arquitecto Andrés Stein, quien ha sabido conservar la esencia del inmueble catalogado como patrimonio histórico. Entre los elementos más personales del ambiente destaca una luminaria colgante en el comedor principal, con más de nueve metros de largo y compuesta por cientos de cristales de cuarzo.
La terraza del Bless Hotel Madrid: piscina, champán y vistas de ensueño
Picos Pardos Sky Lounge, el exclusivo rooftop del hotel madrileño propone una experiencia gastronómica al aire libre con unas vistas privilegiadas del skyline de la ciudad.
Su propuesta está especialmente dirigida a los que se quedan aquí durante el verano y también a los visitantes, aunque no estén alojados en el hotel. Con el nuevo Day Pass se puede disfrutar de un día, medio día o una jornada completa en su terraza, e incluye una cama balinesa para dos personas, botella de champán Ruinart y una propuesta gourmet a elegir entre ostras Gold Beach, fruta de temporada o jamón 5J. También se pueden añadir extras como Dom Pérignon, Ruinart Blanc de Blancs o Caviar Oscietra, entre otros.
En la carta, las opciones más frescas son el ceviche amarillo de lubina, el aguachile de dorada y jalapeños o la burrata con mojo de tomatillos. Y las más contundentes, un arroz con marisco y rape, el T-bone a la parrilla o el espeto de pulpo con holandesa de yuzu.
Kabuki Madrid: cocina fusión y mixología japonesa también en agosto
Con su recién estrenado Sol en la Guía Repsol y su mención en la Guía Michelin, Kabuki Madrid es el lugar perfecto para una experiencia gastronómica excepcional este mes de agosto. En la dirección gastronómica se encuentra el reputado chef mexicano Alejandro Durán, gran innovador de la cocina fusión, experto en técnicas japonesas y que forma parte de Grupo Kabuki desde 2013. Su propuesta se caracteriza por el uso de materias primas de altura para mantener los sabores y la autenticidad de los pescados, así como el uso de las técnicas más puras para trabajarlos, en especial los cortes, su precisión y el respeto a la estructura orgánica de los alimentos. La carta presume, sin disimulo, de un pescado excepcional. Imprescindibles son su tataki de lubina con mostaza japonesa, cebolleta, wakame y piñones, el nigiri de cigala con grasa de jamón ‘Joselito’ y salsa nikiri y la degustación de atún, selección de sus tres diferentes cortes. También se demuestra una ejecución impecable del estilo robatayaki, una de las técnicas gastronómicas más aclamadas, resumida en fuego en parrilla de carbón.
Su sugerente bar es un elegante templo de mixología que ofrece una carta innovadora que versiona de forma magistral la conocida Cocina Kabuki. Su propuesta de coctelería fusiona las tendencias más actuales con ingredientes japoneses. Entre sus creaciones propias destacan el cóctel Juu con tequila y vermouth de verdejo, el cóctel Roku con ginebra Roku, sake, vermouth seco y jerez o el cóctel Hachi, wshiky Hakushu Distiller’s Reserve, Port Charlotte, miel de umeshu al jengibre, lima y shisho. Tragos para disfrutar en agosto.