Este ambicioso proyecto de interiorismo está inspirado en la estética de las antiguas estaciones ferroviarias del siglo XX y de sus lujosos trenes de largo recorrido, incorporando también detalles actuales.
Hubo un tiempo en el que la Estación Internacional de Canfranc fue un paso fronterizo que comunicaba España con Francia a través del Pirineo Aragonés. Se inauguró en julio de 1928, entre 1942 y 1943 tuvo su máximo esplendor, coincidiendo con la II Guerra Mundial, y finalizó su servicio en el año 1970.
En 2023 Barceló Hotel Group pone en marcha, en este emblemático lugar, el nuevo Canfranc Estación, a Royal Hideaway con el objetivo de dar una segunda vida y dotar a este singular edificio de personalidad propia. Para ello, ha contado con ILMIODESIGN, el estudio de interiorismo fundado por Andrea Spada y Michele Corbani.
El hilo conductor común de todo el proyecto evoca esa época dorada del ferrocarril de los años 20, aunque creando una personalidad propia para cada espacio dentro del hotel. Así, a través del diseño exclusivo de piezas y luminarias, del desarrollo de paletas cromáticas ad-hoc y de la atención pormenorizada a los detalles, han conseguido que cada estancia tenga su propia esencia.
Un lobby para viajar principios del siglo XX
Sin lugar a dudas, el lobby es uno de los espacios más singulares de este hotel de lujo, no tanto por su innovación sino por su monumentalidad. Por un lado, se ha recuperado el suelo original de la parte central y han apostado por tonos piedra para las paredes, junto a materiales textiles como Vescom en tonos marrones, en contraste con las molduras en blanco, para dar más calidez a este gran habitáculo.
Como elemento central del hall, se encuentran las antiguas escaleras que daban acceso a la estación y que dividen a un lado la zona de recepción, y a otro, una zona de sofás y bancadas.
Para la recepción del hotel, el estudio ha diseñado un gran mostrador reinterpretando las taquillas de las grandes estaciones del siglo XX, en este caso utilizando madera de nogal con elementos metálicos en tono bronce e incorporando guiños a los hoteles de la época.
Dormir a los pies de una montaña
Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel cuenta con 104 habitaciones de distintas tipologías repartidas en dos plantas. Todas ellas cuentan con vistas al Pirineo Aragonés. En el diseño de las habitaciones reina la sensación de confort y el dinamismo a través de distintos elementos y materiales. Destacan, por ejemplo, los rastreles de madera en paramentos y techos que van conformando la estética de la habitación y guiando al huésped.
A nivel cromático, Spada y Corbani han apostado por tonalidades beiges en distintas intensidades para las paredes, mientras que el toque de color lo obtienen a través de las piezas de mobiliario. También en los tejidos se ha querido plasmar un plus de personalidad, es el caso de los cabeceros de terciopelo en estampado gráfico que recuerdan a los tapizados de los asientos de los vagones de los años 20. Para la decoración, se han recuperado las antiguas ventanas de las habitaciones y se les ha dado un uso artístico, enmarcando fotos históricas de los exteriores de la estación y referenciando de nuevo las raíces de este emblemático espacio.
La biblioteca, una parada para la tertulia
Por último, no podemos olvidarnos de la biblioteca, uno de los espacios más sofisticados del hotel. Cuenta con un diseño clásico inspirado en los cafés de tertulia parisinos de la época, puntos de encuentro pensados para el entretenimiento con largas y animadas charlas donde dejar que el tiempo se pare. Es, además, un espacio totalmente permeable y abierto al exterior, con luz natural y vistas al paisaje, lo que favorece esa sensación acogedora.
Para completar la experiencia, la biblioteca pensada por ILMIODESIGN incluye una zona de cocktail– bar, justo al lado de esta librería, con una pequeña barra en negro Marquina con elementos dorados y cuero, que cobra vida para amenizar las veladas.