Y justo ese es el nombre de su nuevo disco. Un trabajo con carga enérgica, un álbum introspectivo, ecléctico, rico en composición y letras, en el que el artista gallego refleja no solo su realidad, también la de su generación. Con sus adversidades y sus anhelos.
Producido por David Santisteban, John Caballés y Tato Latorre, Con los pies en el suelo es un álbum en el que el artista y compositor demuestra una evolución rotunda en sonido, letras e interpretación con los que sin duda va un paso más allá.
Tras Principios, su primer trabajo, y su reedición (Nuestros Principios), un año más tarde Cepeda muestra a sus fans nuevas canciones que en esta ocasión le llevan a otro lugar, a un sonido más cercano al power pop con doce temas que se suman al vasto repertorio que Luis ya atesora en su corta pero intensa carrera discográfica.
¿Luis, qué diferencias marca este nuevo trabajo?
Creo que soy mucho más extrovertido en las letras de este disco; también en cuanto al estilo porque el disco anterior digamos que era un poco más pop nacional, más clásico y éste lo he llevado a otro terreno. Es quizá más pop rock, un poco más duro, con canciones más canallas, aunque es cierto que las baladas son más baladas todavía que las primeras (risas).
¿Ha sido difícil abrirte más en estas letras?
No, eso llega con el tiempo. La evolución de un artista es un poco eso, saber abrirte en un tema, hablar de lo que quieres hablar realmente y no irte por las ramas. Eso lo da la experiencia más que otra cosa.
Ritmos más rockeros, letras más canallas, baladas… pero hay muchos más sonidos…
Buscaba hacer un disco mucho más amplio en cuanto a sonidos. Hay cuatro o cinco canciones que son de ese estilo que quiero hacer yo en un futuro, pero he buscado muchas cosas, como en Pegadita que es un rollo un poco más urbano donde cabe un beat urbano de reggaetón o un ritmo de bachata por detrás y no quedaría nada raro.
¿’Con los pies en el suelo’ es una declaración de intenciones?
No es una declaración de intenciones sino de presente. No es que yo quiera tener los pies en el suelo, sino que creo que ya los tengo, básicamente porque me han educado para tenerlos. Además, tiene un doble significado: aunque tenga la cabeza amueblada, por dentro yo también estoy volando, pero muy por dentro (risas).
En este disco abordas algunos temas sociales como el bullying o el maltrato, ¿es difícil encarar estos temas a la hora de componer?
Es difícil componer una canción, pero es muy fácil expresarlo. A ver si me explico. Cuando lo tienes presente y lo tienes claro, las letras salen solas. Esos son dos temas de los que quería hablar porque nadie habla del maltrato o del bullyning en una canción, bueno en realidad sí, Rozalén por ejemplo lo hace y bastante (risas). Adoro a Rozalén. Pero en general, todas las canciones que escuchamos hoy en día son sobre una mujer, un hombre, amor, desamor… y es bueno dar voz a otro tipo de temas. Haciendo música puedo dar voz a muchísimos temas que me gustaría y en este disco ha tocado estos dos.
¿Hay alguna canción por la que sientas especial predilección?
No (risas). Es como elegir a uno de tus hijos. Es verdad que hay temas más fuertes y también depende del momento en el que los estés cantando. Si estás delante de un público que quiere mucha caña, habrá un tema que sea más fuerte que otro; si estás cantando ante un público que te pide expresarte, hay otros temas.
Hablando de público, ¿cómo llevas el tema de los conciertos en estos momentos tan extraños?
En verano hice una gira de unos diez conciertos en acústico, he tenido suerte en ese aspecto porque solo se canceló el de Alcobendas y dos en Argentina porque no he podido viajar, el resto fueron bastante bien. Obviamente respetando todas las medidas de seguridad, se pueden hacer conciertos lo que pasa es que el gobierno no apoya la cultura ahora mismo.
¿Cómo estás viviendo toda esta situación?
Es raro. Igual que todo el mundo, creo. Haciendo lo que puedo. Me guardé el disco algunos meses y me estaba mordiendo ya las uñas por sacarlo. Lo tenía listo desde junio.
¿Hemos cambiado nuestra forma de vivir la música? Nos ha demostrado que puede ser incluso terapéutica.
Sí, por supuesto. La música hoy en día es indispensable. Por ponerte un ejemplo, durante el confinamiento todo el mundo salía al balcón a cantar, a hacer música, a entretener, el famoso Resistiré… ¿Sin música cómo habríamos pasado un confinamiento de tres meses metidos en casa? Netflix no lo es todo (risas).
¿Cómo te gustaría terminar este año?
Me gustaría terminar con la buena noticia de que de alguna forma volvemos a la normalidad, que podemos volver a ser nosotros mismos. Es difícil pero no hay que perder la esperanza.
¿Y qué le pides a 2021?
Le pido que empiece de una vez y que se acabe el 2020 YA (risas). Le pido al nuevo año que sea como el 2019. ¡Exactamente igual! (risas).