FERNANDO LEYRA DEBUTA EN LA GRAN PANTALLA

Fernando Leyra estrena su primera película como protagonista: Vestida de Blanco, una comedia de enredos de coproducción España-México que le ha valido una nominación como Mejor Actor Protagonista en los Mestre Mateo 2024.

¿Cómo es tener la oportunidad de contar al mundo una historia como esta?
Liberador. No se me ocurre otra palabra. Yo venía de atravesar un momento muy duro derivado de mi primera película, que también protagonicé en mi ciudad, y que acabó sin terminarse por un dramón. Fue una oportunidad catártica para reconectar conmigo y poder contarle al mundo hispanohablante que Galicia es una capital de cine. Con mi personaje pude también defender la diversidad como mayor tesoro del ser humano, con un enfoque empoderado y valiente. Entre tú y yo, me sentí muy libre llevando ese vestido tan feo.

¿Cómo fue el proceso para conseguir el papel?
La verdad es que muy caótico, casi no tuve tiempo ni de tomar una decisión… yo acababa de llegar a Galicia de rodar en Extremadura un cortometraje hermoso dirigido por tres mujeres llamado 5 Minutos Más. Como es costumbre en la profesión, un día abrí un portal de castings llamado Soloactorses y allí encontré que estaban haciendo castings en Galicia para un largometraje. El anuncio era de hacía un mes y estaba cerrada la convocatoria, pero como mi lema es ““el no ya lo tengo”, mandé mi material y al día siguiente recibí una llamada de Juan Carlos citándome inmediatamente para casting presencial en Santiago de Compostela.

¿Un golpe de suerte?
Bueno, la suerte es un factor fundamental en este mundillo. Estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado a veces es todo lo que necesitas. Mi madre se sigue metiendo conmigo a día de hoy, porque fui a Madrid a triunfar y acabé triunfando en casa. (Risas) Y yo empeñado en Madrid toda mi vida.

Volviendo a la película, ¿cuál fue tú mayor reto?
La verdad es que fue un rodaje muy agotador, me tocaba entrar a primera hora de la mañana y a menudo no salía hasta las once de la noche… Sin embargo, mi mayor reto fue para con mi personaje, representar en una comedia de enredos un personaje abiertamente gay sin caer en tópicos, representaciones deshonestas y con la presión sobre mis hombros de estar representando a toda una comunidad, eso sí que no fue fácil.

 

¿Qué que cuenta la historia de la película que la hace diferente?
Eso es algo que ha quedado bien claro en la distribución, especialmente en el continente americano. Esta comedia de enredos emplea personajes queer con naturalidad. En algunos países se ha tenido que cambiar el cartel porque ver hombres con vestido aparentemente, es dañino. Pero precisamente es de lo que trata esta película, de libertad. De que Ánxela se encuentre a sí misma, de que Cher viva tal y como desea y de que Tina se empodere frente a la adversidad de la estúpida e incoherente transfobia.

¿Cómo fue tu experiencia con el director Juan Carlos Blanco?
La verdad es que fue increíble, nunca antes había trabajado tan de cerca con un director de tal nivel. Desde que me conoció en el casting, lo paralizó todo y me dio un papel que ya estaba dado desde hacía meses. Todo a una semana de comenzar el rodaje. Resultó ser un personaje protagonista. Y yo no sabía cómo reaccionar. Fue mi primera vez trabajando tanto con un director profesional, me sorprendió muchísimo de a que lugares era capaz de llevarme. Siempre me acordaré de una vez que me dijo entre tomas ‘¿Alguna vez te dijeron que te pareces mucho a Antonio Banderas?’. Resulta que es lo que mi madre siempre me dice. Yo sueño con hacer de algún personaje suyo en versión joven algún día.

¿Y con tus compañeros de rodaje?
La experiencia general fue increíble, la energía del rodaje me empapó desde el día uno. De este rodaje me llevo sobre todo a mi mami de ficción, Raquel Menor, la adoro, estoy ahora trabajando con ella en otro proyecto en México, del que no puedo decir nada… También me llevo muy bien con Ginebra Blake, quien interpretaba a mi pareja en la película, y otros actores como Fernando Rivas. Juan Carlos, el director, siempre me hacía sonreír cuando más lo necesitaba por estar bajo o cansado. Tanto el equipo español como el mexicano tienen un lugarcito bien grande en mi corazón.

¿Te esperabas protagonizar una película internacional en tu ciudad natal?
La verdad es que fue un sueño nunca soñado hecho realidad… Rodar en la ciudad en la que nací, con un vestido de dama de honor en la mismísima Catedral de Santiago, es algo que nunca me imaginé vivir. Aún me da risa recordarlo. En la famosa Catedral, ¡y yo ahí, haciendo una película! Salimos en los periódicos al día siguiente, eso sí que fue como vivir en una película.

¿Cómo estás llevando este primer éxito?
Pues la verdad es que con mucha calma, siempre he trabajado muy duro y esto es mío porque me lo merezco. No es que haya cambiado mi vida, tengo más rodajes y mi nombre quizá suene un poco más. Pero lo que de verdad me ha dado esto, es recuperar mi fe en el cine y recuperar mi rumbo en la industria. Algo que perdí después de mi primera desastrosa película. Ahora me encuentro centrado, feliz y de vuelta con un propósito creativo, no puedo pedir más.

¿Cuándo descubriste que la actuación era tu pasión?
La verdad es que más allá de vivirla desde dentro, siempre la experimenté desde afuera. Aún no sabía caminar cuando mi madre me llevaba a ver obras de teatro.

Pero habría algún momento clave en el que decidiste apostar por ella, ¿no?
¡Efectivamente! Estaba en 4° de primaria cuando me cambié de colegio y descubrí el grupo escolar. Yo no estaba atravesando un buen momento ya que había sido víctima del maldito bullying. Entonces encontré mi refugio en las artes escénicas.

 

Debió de ser una experiencia transformadora. ¿Cómo te marcó interpretativamente?
La verdad es que le saqué muchas cosas en positivo a esa dura batalla, las sombras son una parte fundamental de mi cosmovisión y gracias a nadar tanto entre ellas, hoy tengo mucho material para profundizar en nuestras transgresiones. Siempre trabajo desde el amor a lo oscuro, he encontrado muchas claves allí. Y gracias a ello, las luces brillan más en mis personajes.

¿Qué técnicas o métodos utilizas para adentrarte en la psicología de personajes oscuros o complejos?
Me sumerjo en un proceso profundo de investigación y conexión emocional. Exploro su psique con empatía, no para justificar acciones, sino para comprender la raíz de sus motivaciones. La clave está en abrazar sus dualidades sin juzgarlas.

¿Cómo ves la evolución del público en cuanto a la aceptación de la complejidad moral en los personajes?
La audiencia actual busca profundidad, anhela identificarse con la autenticidad humana, con sus virtudes y defectos. La moralidad difusa, los matices grises, son los que enganchan. Es un reflejo del deseo de ver la vida representada con honestidad y complejidad.

¿Cómo crees que la tecnología y el cambio en los formatos audiovisuales están afectando a la manera en que se cuentan las historias?
La tecnología ha abierto un mundo de posibilidades creativas. Los nuevos formatos permiten narrativas más complejas y una exploración más profunda de los personajes. Ahora tenemos la capacidad de llegar a audiencias diversas y contar historias de formas innovadoras.

¿Qué consejo le darías a aquellos que buscan seguir tus pasos en la actuación?
La perseverancia es clave. Cultiva tu arte constantemente, abraza la vulnerabilidad y mantén viva la curiosidad. Aprende de todo, incluso de los momentos difíciles. Estarás a punto de dejarlo mil y una veces, pero no te rindas nunca. Y sobre todo, confía en tu voz interior y tu forma de ver el mundo; ellas son tus mayores fortalezas en este campo.

 

FOTOGRAFÍA_ AINOA ENAMORADO

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