Tras la etapa festiva, las emociones pueden volverse complejas. El parón tras múltiples celebraciones, menos horas de sol, la falta de objetivos para el nuevo año o el bajón económico pueden ser los detonantes.
Hay quien lo llama “efecto Blue Monday”, pero el bajón emocional que puede llegarle a algunas personas a comienzos de año no suele ser cosa de un día. Coinciden componentes vitales que pueden tener un gran peso en esa sensación de bienestar y desembocar en una cuesta de enero emocional, dejando a un lado la más conocida, la económica. Curiosamente, enero (el día 13) es el mes escogido para celebrar el día mundial de la lucha contra la depresión. Tal y como explica Noelia Romero, instructora de mindfulness y colaboradora de la app de meditación Petit BamBou, estos son los posibles desencadenantes:
• De la felicidad a la nostalgia en Navidad. Venimos de una época en la que existe un bombardeo publicitario y una presión social por sentirnos plenos de amor y dicha en la época navideña. Sin embargo, también pueden generarse emociones complejas de digerir, como la silla vacía cuando falta alguien en una mesa o estamos pasando por una situación difícil.
• Trastorno afectivo estacional (TAE). Al haber menos horas de luz solar, se puede producir una forma de depresión vinculada a otoño e invierno, y enero tiende a ser un mes pico. Esta falta de sol afecta al ritmo circadiano, incrementa la secreción de melatonina (hormona que regula el sueño) y altera la producción de serotonina, lo que puede influir en el estado de ánimo.
• Vuelta a la rutina y efecto post fiesta. El sentido de conexión social que se da durante las fiestas puede hacer que el regreso a la rutina produzca desmotivación. “La rutina es un hábito que afecta de forma muy positiva a nuestro cerebro, ya que este necesita el control y la sensación de certeza que tanta seguridad genera. En Navidad generalmente la alteramos, por tanto, nuestro sueño, estado de ánimo y sensación de bienestar pueden verse sometidos a una mayor sensación de estrés debido a la poca seguridad que percibe nuestro organismo y que se sitúa en un estado de alerta constante”, aclara la colaboradora de Petit BamBou.
• Falta de objetivos con el nuevo año. “El primer mes huele a nueva oportunidad, y siempre es un buen momento para definir sueños y establecer un plan de acción para conseguirlos. Sin embargo, también puede generar la presión social de compartir los nuestros y pueden llegar emociones menos agradables como la tristeza, la frustración o el enfado con uno mismo al no encontrar ese propósito esperado. Igualmente, el momento nos invita a parar para conectar con nosotros mismos y así ser conscientes de cómo nos encontramos; hacer ese balance sobre la sensación de bienestar personal. Me gusta decir que hay años de preguntas, sueños y planes de acción y años de respuestas, aceptación y reflexión, y que todos son válidos. Está bien comenzar en enero, pero el año posee doce meses más y cualquiera es el momento ideal para comenzar ese cambio o trabajar por esa meta”, cuenta Noelia Romero.
• Inestabilidad económica. El equilibrio financiero también nos genera sensación de confort y reduce la percepción de incertidumbre para garantizarnos que nuestras necesidades básicas están cubiertas, y no hace falta explicar que la Navidad altera mucho esta estabilidad. Como aclara la instructora de mindfulness, “la consciencia en el momento de realizar nuestras compras navideñas o emplear nuestros recursos económicos en los diferentes eventos será clave para generar una sensación de disfrute, o por el contrario, si ha sido un gasto impulsivo habrá generado dopamina rápida y quizá nos acompañará la frustración, el vacío o el enfado”.
• Efecto Blue Monday. El tercer lunes de enero se considera el día más triste del año, y aunque es un concepto de marketing, tiene su origen en un conjunto de factores que predisponen a que sea un momento de tristeza y melancolía. Aún así, como dice Noelia Romero, en cada uno de nosotros reside la libertad de escoger la actitud con la que se enfrenta a cada situación vital.
10 claves para afrontarlo
La colaboradora de Petit BamBou ofrece algunos tips para gestionar mejor ese bajón emocional:
1. Medita unos minutos antes de comenzar el día.
2. Toma un café o pasa tiempo con tus personas vitamina, abraza, sonríe y vive.
3. Evita todo lo que puedas permanecer en ambientes que no sumen a tu energía.
4. Practica el autoconocimiento.
5. Incorpora la regulación emocional.
6. Invierte tu dinero en aquello que realmente necesitas, pregúntate dos veces si realmente lo quieres y cuánto te durará la felicidad de tenerlo.
7. Mantén tus hábitos saludables tanto como puedas y practica algún deporte.
8. Haz alguna actividad solo porque te hace bien y te gusta.
9. Practica la aceptación y el autocuidado.
10. Incorpora la asertividad, también puedes decir que no asistirás a un evento si no te apetece.
Así te ayuda la meditación
Tal y como detalla Noelia Romero, la meditación es una gran aliada cuando enero se nos hace cuesta arriba, “no solo porque nos ayuda a combatir el estrés que tanto daño físico y psicológico nos hace, sino porque es la herramienta que nos va a permitir entrenar nuestra mente para momentos como los mencionados: reducir la impulsividad de las compras en periodo de rebajas, gestionar la gran montaña rusa emocional en la que nos vemos envueltos en este periodo, afrontar el comienzo de año sin juicio sobre las metas y expectativas que deberíamos cumplir, ser más compasivos sobre los retos a los que nos enfrentamos; y como broche de oro, nos mostrará cual es el camino para saborear cada instante en el que transcurre nuestro tiempo y disfrutar del gran regalo de la vida que es nuestro ahora, por eso le llamamos presente”.