La famosa presentadora de televisión Mónica Martínez ha lanzado su Método Suéltate, un libro basado en una experiencia de más de 30 años en los platós de algunos de los programas más exitosos de España.
En 8 sencillos pasos, la periodista nos enseña a comunicar con eficacia y a superar los nervios, las inseguridades y los errores más comunes.
De presentadora a coach de oratoria ¿Es tan diferente como parece?
Dependes solo de tu trabajo, tú marcas el rimo, tú decides el qué, el cómo y el cuándo… es muy diferente. Nunca pensé que fuera tan gratificante.
¿Deberíamos aprender oratoria en el colegio?
Totalmente de acuerdo. ¿Cuántas veces nos quedábamos sin saber algo por vergüenza a levantar la mano en clase y ser el centro de atención? ¿Eras de los que miraba para abajo cuando el profesor sacaba a un alumno a la pizarra? Nos pasamos años estudiando Lengua y luego nos cuesta utilizar nuestro propio idioma. Mucha gente no brilla porque no sabe cómo vencer ese miedo, controlar esos nervios y elegir su estado de ánimo cuando se expone para hablar en público o delante de una cámara. Debería ser una asignatura complementaria desde primaria.
¿Tú has sentido alguna vez “miedo escénico”?
¡Claro! Cada vez que cambié de programa, de registro, de formato… No sabes cómo va a salir, siento muchos nervios, un dolor incluso en el estómago que no me deja comer… pero hay que aprender a dominarlo y que ese miedo solo sirva para prepararnos bien y para estar muy alerta en el momento adecuado.
¿Recuerdas el primer consejo profesional que te dieron?
Yo también fui a una coach para mejorar en mi profesión y tras analizarme me dijo: ‘tienes que existir’. Mi búsqueda de la perfección me había anulado como persona, me limitaba a hacerlo todo correctamente y eso no vende en televisión; tienes que mostrarte, ser tú misma con tus virtudes y defectos, es la mejor forma de empatizar con el público.
¿Cuál es el error más común que cometemos al comunicar?
Uno es que no preparamos mucho lo que vamos a decir, no pensamos que sea tan importante y luego nos pasa factura. También he observado que nos centrarnos demasiado en nosotros (lo paso mal, estoy nervioso, lo van a notar, qué van a pensar de mi…) en lugar de centrarnos en el mensaje. Olvidamos que lo importante es que ese mensaje llegue al receptor. Nosotros deberíamos hacerlo lo mejor posible, imagina que es nuestro regalo, se lo entregamos y si lo abren y les gusta, si lo quieren cambiar o lo devuelven ya no es nuestro problema.
¿Cuáles son los miedos más frecuentes a los que nos enfrentamos?
Miedo al ridículo, miedo al fracaso y miedo al juicio. Son tres muy potentes y que nos cuesta mucho manejar pero se pueden sobrellevar perfectamente.
¿Qué es el estrés virtual?
Lo que nos genera la comunicación mediante un dispositivo. No estamos acostumbrados a comunicarnos sin presencialidad y esto lleva a nuestro cerebro a intentar leer la comunicación no verbal del otro, si no lo consigue se esfuerza continuamente y se frustra. Es agotador si no lo sabes manejar.
¿En qué consiste tu método, Mónica?
Es una forma fácil de descubrir primero qué te ocurre en tu caso, saber cómo manejarlo y mejorar todo lo que está en tu mano para que la próxima vez que tengas que hablar en público (haya o no cámara delante), te sientas más cómodo y te salga mucho mejor.
¿Cómo podemos llevar esos consejos a nuestra vida cotidiana?
Hay muchos tips que puedes poner en práctica a diario. Desde la respiración para controlar tus nervios, hasta observarte y practicar frente al espejo o grabarte para ir ganando confianza.
¿Cuándo y cómo comenzó el proyecto de este libro?
Me escribió la editorial en diciembre de 2020 y me propuso llevar mi método al papel, algo que me pareció una idea interesante para poder llegar a muchas más personas que no se atreven a formarse por vergüenza o por falta de tiempo o presupuesto.
¿En qué punto profesional te encuentras?
Te parecerá raro, pero me siento en paz, segura y dejo que todo fluya. Desde que encontré mi “para qué” han sido dos años de mucho trabajo de búsqueda, de estructura, de desarrollo. Ahora está todo ahí, sólo hay que esperar a que a cada persona le llegue su momento. Claro que la televisión me sigue motivando, me apasiona y estoy enamorada de los platós, las cámaras y los directos, pero este trabajo me da la paz y estabilidad que necesito.
¿Hay que cerrar etapas para poder avanzar?
No sé si cerrar del todo, pero entornar la puerta es un alivio de vez en cuando…
¿Cómo podemos subir nuestra autoestima?
Pensando en nuestra escala de valores. No solemos pararnos a pensar en eso y es un gran ejercicio.
¿Qué importancia le das al lenguaje corporal?
Mucha. Si no lo sabemos manejar, puede que nuestro mensaje verbal esté muy bien elegido pero que mientras lo decimos, el público esté notando que no nos lo creemos por ejemplo; ante una disonancia cognitiva (diferencia entre lo que escuchan y lo que ven) el público creerá lo que le indica nuestro lenguaje corporal así que hay que analizarlo y trabajarlo para que vaya de la mano.
¿Es igualmente importante nuestra apariencia?
Siempre digo a mis alumnos que no hace falta ir de etiqueta pero si el público no nos conoce, su juicio empieza por la imagen, así que debemos mostrar respeto con ella. No hay que irse a los extremos, simplemente estar presentable para la ocasión.
“Una imagen vale más que mil palabras”, ¿cambiarías el refrán?
Lo que habría que modificar es la imagen de belleza y éxito que tenemos en la sociedad. Aunque ahora hay mucha gente que tiene éxito frente a las cámaras y no está dentro de los cánones de belleza, así que algo está cambiando ya. Eso sí, hay que recordar que no hay una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión.