La interiorista María Acha ha reformado esta vivienda en el centro de Bilbao, transformándola en una vivienda llena de luz natural y con una distribución de espacios coherente y funcional.
Inspirada en la fusión entre la arquitectura tradicional japonesa y Mid-Century, esta residencia de 250 metros cuadrados destaca por la brillante reorganización de espacios, la optimización de la luz y la creación de un ambiente equilibrado y sereno.
Los propietarios, una pareja con dos hijos adolescentes, solicitaron el rediseño integral de la vivienda para ajustar la distribución existente a las nuevas dinámicas familiares y realizar una renovación estética en consonancia con sus gustos y necesidades actuales. Aunque la vivienda estaba bien conservada, la disposición original no había sido modificada desde su adquisición. Las principales peticiones incluían la creación de una habitación de invitados con baño privado, la incorporación de dos despachos independientes, la reorganización de los dormitorios y la optimización del área de cocina, comedor y lavadero.
El proyecto tuvo como objetivo reestructurar la circulación interna de manera intuitiva y práctica, con un enfoque en la comodidad diaria. La vivienda se ha reorganizado en tres áreas funcionales e independientes: la zona de día, la zona de noche y la zona de trabajo, logrando una separación clara de actividades, pero sin comprometer la cohesión estética general.
La redistribución de los espacios generó dos desafíos importantes: el tratamiento de un largo pasillo que conecta las diferentes zonas y la escasa iluminación natural en la plataforma central donde está la cocina y el comedor. Para evitar que el pasillo se convirtiera en un corredor monótono y oscuro, se optó por dividirlo en dos segmentos diferenciados, separados por un portón corredizo que potencia la privacidad. La primera sección se integra visualmente con la cocina, siguiendo su estética, mientras que la segunda conduce a la zona de noche. Para mejorar la iluminación natural en la zona central de la vivienda, se aprovechó el gran ventanal del salón y se instaló un lucernario que refuerza la sensación de luz cenital.
Para María Acha, el rediseño de la zona de día no solo mejoró la entrada de luz natural, sino que también facilitó una mejor circulación entre los espacios. Con el fin de dar coherencia al conjunto y optimizar las áreas comunes, fue necesaria una reforma integral que respetara los elementos estructurales originales del edificio.
“La plataforma central de la casa, con la cocina y el comedor, se ha convertido en el verdadero centro y alma de la vivienda. Como las tres zonas eran muy importantes para la propiedad, se ha trabajado en conseguir un ambiente global armonioso y, a la vez, diferenciar las zonas y así las experiencias vividas en cada una de ellas. Trabajo, día y noche tenían que convivir, armonizar y, a la vez, tener atmósferas independientes acordes a cada momento y actividad”, explica la interiorista.
CONCEPTO ESTÉTICO
El enfoque estético del proyecto se basa en la fusión de dos estilos arquitectónicos: la arquitectura tradicional japonesa y la Mid-Century. La influencia japonesa se manifiesta en el uso de pocos elementos, pero de gran impacto visual, líneas horizontales, cerramientos ligeros y materiales naturales como la madera. La creación de diferentes niveles y la búsqueda de armonía y serenidad fueron esenciales. Por otro lado, la inspiración Mid-Century se refleja en los espacios abiertos, fluidos y familiares, donde predomina el uso de revestimientos de madera, y una distribución que favorece la interacción.
La paleta cromática se centró en tonos neutros y cálidos, con acentos en terracota para aportar vitalidad y grises oscuros con matices marrones para generar profundidad. Esta combinación de colores y materiales otorga al proyecto una atmósfera cálida, serena y sofisticada.
El suelo de toda la vivienda es una tarima de roble natural, excepto en los baños y en la plataforma central (cocina, comedor y lavadero), donde se ha utilizado un pavimento porcelánico de gran formato. El cambio de material en esta área consigue resaltar el carácter del espacio y favorece la luminosidad.
DISTRIBUCIÓN
Zona de día: recibidor, salón, despachos, aseo, cocina, comedor y lavadero
Recibidor
El recibidor se ha rediseñado para optimizar el almacenamiento, incorporando un amplio armario gabanero diseñado a medida por María Acha, lacado color Mist, un tono blanco grisáceo con matices rojos, capaz de crear una atmósfera suave y cálida.
Para esta zona, la interiorista ha escogido pocas piezas de mobiliario y decorativas, pero con mucha fuerza. Destaca la cómoda con estructura de metal lacado y sobre de cerámica, de Rosita Design, decorada con una escultura diseñada a medida por Maite Carranza en hierro lacado en negro; en la pared que divide el salón de la zona de despachos, la obra de la artista Marina Arregi, de su colección Tierra y Mar realizada con tierra volcánica de Olot; y, en el paso al saló, la lámpara Plusminus, un diseño a medida con cinta textil y luminarias de esferas de Luz Bilbao, que va instalada de suelo a techo.
Créditos recibidor: Cómoda, de Sovet en Rosita Design. Lámpara sobremesa, de Aromas del Campo. Cuadro, de Marina Arregi. Escultura sobre la cómoda, de Maite Carranza. Lámpara de techo, apliques de pared sobre la estantería y lámpara de suelo a techo con esferas de Vibia, en Luz Bilbao. Papel pintado gris, de VAP Decoración.
Tres paneles de suelo a techo, de 2,75m de alto, con marcos de madera de roble y vidrio doble texturizado con tejido de lino jaspeado marrón, conectan este espacio con el salón. Una disposición que permite el paso de la luz y crea movimiento, mientras se garantiza la privacidad en la zona de sofás. Además, este separador actúa también como transición hacia la zona de trabajo, ubicada en una de las esquinas de la vivienda.
A la izquierda de la entrada se sitúa la cocina y el comedor, que también se han delimitado del salón mediante paneles correderos que proporcionan privacidad a estas áreas desde el recibidor o el salón. En el caso del recibidor, los paneles situados detrás de la consola son fijos, con un tejido en su interior de color marrón grisáceo oscuro. Sin embargo, los cerramientos que separan la cocina y el comedor del salón son de lino natural claro con textura.
Créditos acceso al salón: Estantería de metal lacado, diseño de María Acha. Apliques de pared, en Luz Bilbao. Jarrón negro creados por impresión digital por Arbe. Escultura de círculos negros, de Arbe. Jarrón negro y arreglo floral, de Sakura Atelier.
Salón
La integración de los pilares en la zona de día se ha logrado gracias al empanelado de todos ellos, que los funde con el resto de elementos en madera, como el techo de casetones del salón, con una clara inspiración japonesa. Dos de los pilares estructurales se han empanelado integrándolos en la división de paneles correderos que separan la cocina-comedor del salón. El tercer pilar se ha transformado en un elemento central que organiza el mobiliario del salón, gracias a un mueble a medida que sirve de apoyo a los dos grandes sofás, dispuestos en forma de «L».
Lo más destacado del salón es el nuevo diseño de María Acha para el revestimiento de madera de roble natural del techo, que no solo aporta una atmósfera acogedora, sino que también lo conecta visualmente con la plataforma de la cocina-comedor, donde la madera es el material predominante. Además, cumple la función de definir el espacio destinado a salón. La chimenea original de mármol se ha restaurado y se ha adaptado como chimenea de bioetanol con interior de ladrillo, respetando su estética clásica.
En cuanto a concepto, los muebles de mayor tamaño, como los sofás de Rosita Design o la alfombra a medida de Kuatro Carpets, se han escogido en líneas sobrias y tonos neutros. En cambio, las piezas más pequeñas, como las butacas y las mesitas de vidrio soplado de Miniforms, añaden el toque más alegre y vibrante, tanto por diseño como por su color.
La decoración se centra en tonos cálidos, rojizos y pimentones a juego con la madera, suavizados por elementos y piezas en colores fríos como el blanco, los beiges y los grises que consiguen resaltar los elementos cálidos dulcificando el resultado. Destacan los cuadros de Marina Arregi, escogidos especialmente para este proyecto en blanco y negro con motivos geométricos, siguiendo la estética lineal del techo. Las esculturas de círculos en color gris plomo, de Arbe, combinan con el atrezzo negro y beige de las mesas de centro, arrastrando los tonos grises. Los jarrones color corinto, a juego con los textiles del sofá, han sido realizados a medida por Arbe mediante impresión 3D. Se han añadido también materiales naturales como la piedra, en jarrones y esculturas, para añadir calidez y elegancia.
Créditos del salón: Lámpara y aplique de Vibia, en Luz Bilbao. Mueble aparador suspendido y mesas de centro, de San Giacomo. Estantería de metal lacado, diseño de María Acha. Alfombra, de Kuatro Carpets. Butacas naranjas y mesas auxiliares naranjas de vidrio soplado, de Miniforms. Sofás, de Rosita Design. Cojines tejas y naranjas, de Imbarro. Cojines color piedra, de Alhambra. Cojín beige, de Lizzo. Cortinas de tejido natural confeccionadas a medida por Sucesores de Aldama. Jarrones de las mesas de centro, creados por impresión digital por Arbe. Esculturas de círculos y jarrones de piedra, también de Arbe. Cuadros sobre chimenea y sobre mueble suspendido, de Marina Arregi. Arreglos florales, de Sakura Atelier.
Zona de despachos
A la derecha de la entrada a la vivienda, con acceso directo desde el salón, se encuentra la nueva zona de trabajo independiente, que cuenta con dos despachos y un baño que también funciona como aseo de cortesía. Toda esta área se ha diferenciado del resto de la vivienda utilizando un revestimiento de papel pintado de VAP Decoración, en tono gris cálido más oscuro.
Créditos de la zona del salón: Lámparas de techo y suelo de Vibia, en Luz Bilbao. Mesas de centro, de San Giacomo. Butacas naranjas y mesas auxiliares naranjas de vidrio soplado, de Miniforms. Sofás, de Rosita Design. Cojines tejas y naranjas, de Imbarro. Cojines color piedra, de Alhambra. Cojín beige, de Lizzo. Cortinas de tejido natural confeccionadas a medida por Sucesores de Aldama. Jarrón negro de la mesa de centro, creados por impresión digital por Arbe. Arreglo floral, de Sakura Atelier.
Baño de cortesía
Situado junto a la entrada y frente al salón, este baño, que da servicio a los dos despachos, funciona también como aseo de cortesía para invitados. Este espacio resume el espíritu de la casa, caracterizado por una esencia pura y austera en cuanto a volúmenes, pero con notas de contraste que aportan un toque más vibrante y optimista, acorde con la joven y activa familia que la habita.
Para crear una sensación de unidad en esta zona se han usado los mismos colores que en los despachos, pero al mismo tiempo, se han utilizado los materiales y la estética del salón.
Destaca el mueble de lavabo, en roble teñido, y el pavimento inspirado en la técnica Kintsugi, una técnica oriental que repara fracturas en la cerámica con barniz de resina y polvo dorado. Las líneas en tono bronce metálico del suelo, aportan brillo al espacio y combinan con los detalles de las griferías, tiradores y el radiador toallero, todos en el mismo tono.
Tanto los pequeños focos empotrados como la luz indirecta del techo, que iluminan el espacio, se han instalado en el mismo tono que el revestimiento.
Créditos baño de cortesía: Revestimientos Kintsugi, de Fioranese. Tiradores de Viefe. Espejo, diseño de María Acha. Lavamanos, de Bilazu. Grifería, de Sanycess. Arreglo floral, de Sakura Atelier.
Al otro lado del salón se encuentra el resto de la vivienda. Para conseguir una cocina más amplia con comedor integrado, María Acha ha eliminado uno de los dos comedores originales y ha ampliado la zona del lavadero, haciéndola más funcional y optimizando el espacio de almacenaje.
Tras la reforma, el bloque central de la vivienda incluye la nueva cocina y el comedor, en una distribución abierta y conectada con toda la zona de día. Lo que antes era una zona triste y oscura se ha transformado en el corazón de la casa, con un espacio amplio que consigue proyectar su personalidad al resto de la vivienda.
“Para darle mayor protagonismo a esta zona central y diferenciarla del resto de la vivienda, hemos elevado ligeramente el suelo mediante una plataforma, creando un espacio inspirado en una casa de té japonesa. Un espacio con entidad propia y a la que es fácil acceder desde cualquier punto de la casa”, confiesa María Acha.
Créditos: Lámpara de techo y apliques de pared del salón, en Luz Bilbao. Estantería de metal lacado, diseño de María Acha. Juego de 3 mesas de centro, de San Giacomo. Alfombra de lana y seda a medida, de Kuatro Carpets. Sofás, en Rosita Design. Cojines tejas y naranjas, de Imbarro. Cojines de lino color blanco piedra, de Alhambra. Cojín color crudo con textura, de Lizzo. Jarrones negros y rojos de las mesas de centro, creados por impresión digital por Arbe. Arreglos florales, de Sakura Atelier.
Cocina
Desde el salón, se accede al área central de la vivienda, que se encuentra sobre una plataforma que alberga la cocina y el comedor. Unos grandes paneles correderos de madera y vidrio separan esta zona tanto del salón como del pasillo que lleva a la zona de noche, proporcionando privacidad sin llegar nunca a aislarla por completo ya que el objetivo de esta cocina era crear un espacio de trabajo cómodo desde el que poder estar en contacto con aquellos que se encuentren en el comedor o el salón.
“Desde el principio del proceso de diseño, tuvimos clara la ubicación de la cocina en centro del espacio., También sabíamos que no queríamos forzar el paso a través de ella para acceder a la zona de noche. Por eso, creamos un amplio pasillo en la parte trasera con dos pasos simétricos en madera a cada lado del mobiliario de cocina. De esta manera, hemos logrado independizar la circulación y hacer el acceso a la cocina más intuitivo, tanto desde el salón como desde la zona de habitaciones”, explica María Acha.
Los muebles de cocina son un diseño de María Acha que combina madera de roble y madera lacada con encimeras y contrapecho de Dekton. La solución de ubicar el mobiliario de cocina en el centro de esta zona ha permitido ganar un amplio espacio de almacenaje. Esta área central es la que menos luz natural recibe de toda la vivienda, por lo que se ha instalado un lucernario empotrado de vidrio con divisiones en metal y luz LED regulable en intensidad, que aporta la sensación de luz natural cenital. Para poder colocar este elemento sobre la isla, se optó por una cocina con sistema de extracción incorporada.
En cuanto la combinación de materiales se ha buscado crear volúmenes lo más puros posibles, con mínimas juntas y cortes. Por ello, en la trasera de la zona de agua se ha diseñado una estructura completa con el mismo material de la encimera, que en su interior alberga un volumen de madera destinado al almacenamiento.
“Como mi intención en este proyecto era crear distintas capas con contrastes y no limitarme a una sola influencia, hemos introducido un material porcelánico de alto brillo y de diseño complejo y colorido, inspirado en la Piedra Patagonia, para la encimera de la isla y la parte trasera de la cocina”, explica la interiorista.
Créditos cocina: Mobiliario de cocina, diseño de María Acha fabricado por Ebanistería Rua Alberdi. Encimeras y contrapecho, de Dekton Khalo. Griferías y fregaderos, de Blanco. Electrodomésticos, de Bosch. Taburetes, de Miniforms. Cuadro, de María Aztiria. Tablas y recipiente de madera, de Zara Home.
Comedor
Siguiendo la misma línea estética de influencia japonesa que caracteriza la cocina, en la zona de comedor destaca el alistonado de madera de roble y el revestimiento de paredes, que también integra el cubrerradiador. Se ha buscado introducir el menor número posible de mobiliario para no restarle protagonismo a la escultórica mesa redonda de nogal. Las piezas de mobiliario de Miniforms, como la mesa de comedor, los taburetes de la cocina, las butacas de terciopelo y las mesitas de vidrio del salón, consiguen añadir otra capa de contraste y le dan un acabado más moderno y desenfadado al proyecto.
Créditos del comedor: Mesa de comedor de nogal, de Miniforms. Sillas, de Kave Home. Lámpara de techo, de Luz Bilbao. Revestimiento de paredes de Arte, en Vap Decoración. Pavimento de cemento en gran formato, de Imola.
Lavadero
Para organizar esta zona de forma más eficiente y optimizar al máximo el almacenaje, se ha trasladado las zonas de limpieza y lavadero a un espacio independiente dentro del área de cocina y comedor. En una de las esquinas, se ha creado un espacio cerrado, inspirado en las casas de té japonesas, que incluye una ventana y una puerta que recrean la estética de una pequeña construcción interior, a modo de ‘casita lavadero’.
La madera, y en concreto el roble, es el material predominante en la zona de día. Sin embargo, en la zona destinada al lavadero, se ha utilizado también un empanelado de madera de fresno olivato con veta y colores mucho más contrastados para resaltar esta área, y los dos pasos simétricos a cada lado de la cocina.
Créditos: revestimiento pared de madera de fresno olivato, de Ebanistería Rua Alberdi. Aplique circular, de Aromas del Campo. Mesa de comedor de nogal, de Miniforms. Sillas, de Kave Home. Lámpara de techo, de Luz Bilbao.
En el pasillo que se encuentra en la parte trasera de la cocina, hay dos zonas donde se han colocado murales de papel pintado enmarcados de Glamora. Estas dos zonas coinciden con los pasos abiertos a cada lado del mobiliario de cocina que conducen a la zona de noche. El objetivo es que se puedan ver desde la cocina, creando así interés y profundidad en el espacio.
Créditos: Revestimiento de madera de fresno olivato, de Ebanistería Rua Alberdi. Mural a medida, de Glamora.
Zona de noche: cuatro dormitorios, dos en suite
La zona de noche incluye tres dormitorios, de los cuales uno es en suite, un baño y un nuevo dormitorio de invitados que también cuenta con baño propio.
Dormitorio principal
En el dormitorio principal, que incluye vestidor y baño, se han utilizado tonos grises y elementos de madera para crear una atmósfera cálida.
El enmarcado alistonado de roble de la pared del cabecero del dormitorio integra la cama con las mesillas de noche, a la vez que aporta un toque de color y textura. Para lograr un resultado ligero, se ha dejado un espacio sin revestir hasta el techo.
Al igual que en la zona de día, los dormitorios cuentan con pocos elementos decorativos, pero muy bien seleccionados. En este caso, la cama es una pieza de estructura única de diseño moderno y sofisticado, de Praddy, con cabecero complementado con almohadones y mesitas de noche a juego. El toque de diseño exclusivo lo proporcionan tanto las lámparas de lectura Oluce G.O. de Rosita Design, como la librería Ptolomeo.
Créditos dormitorio: Revestimiento con tejido de Arte, en Vap Decoración. Cama y mesas de noche, de Praddy. Lámpara de lectura de Oluce, en Rosita Design. Plaid mostaza y cojines color tabaco, de Lizzo. Cojines de rayas, de Pepe Peñalver.
Baño en suite
El acceso al baño de la suite se realiza a través del vestidor. Se trata de un espacio amplio en el que la zona de lavabo se convierte en la protagonista absoluta, gracias al gran mueble redondeado de madera de roble y al gran espejo circular.
Se ha optado por el uso de tres revestimientos diferentes en suelo y paredes, que, aunque armonizan, en términos de decoración y color consiguen crear contraste y volúmenes que enriquecen el espacio. En lo que respecta a la iluminación, se ha diseñado un foseado de luz indirecta en el techo, una hornacina con luz led en el interior de la ducha, focos en el techo y dos apliques en una de las paredes. Para la elección de colores, se ha usado una paleta de grises cálidos que armonizan muy bien con el tono oscuro de la madera del mueble, todos ellos a juego con los tonos utilizados en el dormitorio.
Créditos baño suite: Revestimientos de Apavisa, en Antonio Miranda. Tiradores de metal de Viefe. Encimera, de Betacryl. Espejo y mampara de ducha fabricados a medida por Cristalería Blanco. Grifería empotrada de Sanycess, en Bilazu. Jarrones negros y arreglos florales, de Sakura Atelier. Accesorios de la ducha y toalla, de Zara Home.
Baño juvenil
En el pasillo que da acceso a los otros dos dormitorios de la familia, se encuentra el baño que da apoyo estas habitaciones. Aunque se encuentra en su ubicación original, se ha redistribuido por completo y redecorado con nuevos materiales. Los propietarios tenían claro que en este baño debía de predominar el blanco, por lo que, para darle frescura y contraste, se decidió instalar un suelo de baldosas de Apavisa que simulan un patchwork de alfombra.
Originalmente, el inodoro estaba en primer plano, colocado ahí debido a la presencia de la ventana que impedía situar un espejo sobre el lavabo. Sin embargo, como ocurre en muchos casos, este obstáculo fue el que permitió a la interiorista crear una solución que se ha convertido en la esencia del espacio. María Acha decidió colocar el mueble del lavabo en primer plano, diseñando una pieza de roble a dos alturas con un módulo independiente que incluye un espejo giratorio justo al lado, resolviendo así el problema y añadiendo un toque distintivo. Para dinamizar el diseño de este mueble, se han creado dos alturas, una para el lavabo y otra para el tocador con espejo. “Nos gustó la idea de, en lugar de colocar dos lavabos, crear dos zonas donde se pueda compartir espacio”, comenta María Acha. El resultado final, tanto por diseño como por elección de materiales, es un baño cómodo, funcional y juvenil.
Créditos Baño Juvenil: Pavimento, de Apavisa. Encimera, de Solid Surface. Lavamanos, grifería de Sanycess y sanitario de Valadares, en Bilazu. Jarrón, de La Navá. Arreglo floral, de Sakura Atelier. Accesorios, de Zara Home.
FOTOGRAFÍA_ Amador Toril
ESTILISMO_ Cristina Rodríguez Goitia