EMi CONQUISTA SU PRIMERA ESTRELLA MICHELIN EN TIEMPO RÉCORD

El reconocimiento llega solo cuatro meses después de su apertura: un hito histórico al convertirse en el restaurante que más rápidamente ha obtenido una estrella en España.

Este reconocimiento llega además acompañado de un logro internacional de gran relevancia: el 24 de noviembre, la noche anterior, EMi fue distinguido en París por La Liste como “Mejor Nueva Apertura Internacional 2026”, subrayando la proyección global del proyecto.

Tras recibir la estrella, el chef Rubén Hernández Mosquero destacó la fuerza colectiva que impulsa el proyecto: “La ilusión y la energía del equipo son lo que hace posible que cada servicio se sienta especial. Este tipo de reconocimientos son un empujón para seguir trabajando con la misma honestidad y respeto por el oficio”.

Desde su apertura, EMi se ha consolidado como una de las grandes revelaciones gastronómicas de 2025. En una misma jornada, el 17 de noviembre, el restaurante recibió el Premio T de Oro de Tapas Magazine y los galardones de Metrópoli (El Mundo) a Chef Revelación 2025 y Restaurante Revelación 2025, tres distinciones que reforzaron el impacto del proyecto y reconocieron una propuesta capaz de conectar con crítica y público por su autenticidad, su profundidad técnica y su sensibilidad.

La cocina: un menú autobiográfico que une sensibilidad nórdica, técnica japonesa y coreana y memoria extremeña

EMi es el primer proyecto personal del chef Rubén Hernández Mosquero, formado en la Taberna del Alabardero y con más de una década de experiencia en algunas de las cocinas más influyentes del mundo, como Noma, Geranium, Azurmendi e Il Ristorante Luca Fantin. Ha sido jefe de cocina en minibar by José Andrés y en Atomix, donde también desempeñó el papel de jefe de I+D.

De este recorrido nace una propuesta, íntima y personal que une la sensibilidad nórdica, la precisión japonesa y la intensidad coreana, pero también la memoria de la cocina de su casa: la caza, los guisos y los caldos que marcaron su infancia en Extremadura. El resultado es un menú autobiográfico que habla de técnica y emoción.

 

Entre los platos emblemáticos del menú destacan el nigiri «raro, como yo», una combinación de arroz, aceite de nori casero y gambas que viaja hasta el snack crujiente coreano gim bugak, el hamachi curado durante tres o cuatro días, acompañado de espinaca, berro, flor de rábano, uvas de mar, caviar cítrico y tomate fermentado, y el chawan­mushi preparado con huevo, caldo casero de algas, foie entero batido y cocido para obtener una textura sedosa que se acompaña con duxelle de setas y bogavante nacional.

 

Una experiencia para doce comensales: cercanía, diálogo y un espacio diseñado para mirar y participar

Ubicado en la calle Gaztambide 64, el espacio de más de 450 m² está distribuido en dos plantas: 220 m² en la planta calle, que alberga una barra para 12 comensales frente a la cocina vista, una mesa privada para hasta 6 comensales, una zona relajada para culminar la experiencia y una bodega vista; y 250 m² en una planta superior destinada a fermentaciones y desarrollo.

El diseño de EMi es una pieza fundamental del proyecto: un manifiesto arquitectónico y artístico donde la gastronomía se fusiona con el diseño, el arte y la sostenibilidad. El proyecto técnico ha corrido de la mano del ingeniero Eduardo Michavila, responsable de algunos de los restaurantes más emblemáticos del país.

 

Cada rincón ha sido creado para emocionar y acompañar la narrativa culinaria: desde las obras exclusivas del artista Mr.Piro hasta las esculturas orgánicas de Michel Vecchi y la cerámica artesanal de Brokken Ceramics, ACME, Stefan Andersson o la artista del cristal ZelmerOlsen.

La bodega: más de mil referencias y tres maridajes que expresan capas, alturas y matices

En sala, Miguel Ángel Millán, uno de los sumilleres más influyentes de España, dirige una bodega formada por más de 1.000 referencias y alrededor de 3.000 botellas en constante evolución. Su propuesta líquida se concibe como un diálogo con la cocina y amplifica la narrativa del menú mediante una selección que combina champagne, vinos de productores emergentes, grandes zonas clásicas y etiquetas difíciles de encontrar.

EMi ofrece tres opciones de maridaje, diseñadas para acompañar el menú desde distintos niveles de complejidad, lectura y profundidad:

Lirios, un maridaje preciso, fresco y equilibrado que rinde homenaje al lirio lusitano, una flor que solo crece en el pueblo natal de Rubén. Es la opción más pura y directa: vinos que acompañan sin invadir, pensados para realzar la narrativa del menú desde la armonía y la sensibilidad.

Nubes, aquí las alas empiezan a desplegarse. Es un maridaje en el que Millán juega con capas, matices y vinos de mayor recorrido aromático y textural. Propuestas que permiten “volar” un poco más alto, explorar diversidad y profundizar en la lectura líquida de cada pase.

Estratosfera, el vuelo más alto. Este maridaje nace del mismo símbolo que Millán lleva bordado en la espalda: unas alas que representan el impulso creativo de dejarnos llevar, de atrevernos a ir más allá. Es un recorrido por referencias icónicas, vinos singulares y botellas casi irrepetibles, seleccionadas para elevar cada plato y abrir una capa distinta de emoción. Para quienes buscan una experiencia líquida única, elevada y emocionante, donde cada copa es un tesoro.

Estas tres propuestas permiten adaptar la experiencia a distintos niveles de intensidad y aproximan al comensal a la visión personal de Millán sobre la armonía entre cocina y vino.

Una trayectoria que confirma la solidez del proyecto

Los reconocimientos obtenidos durante estos cuatro meses, a nivel nacional e internacional, confirman el impacto de EMi como una de las aperturas más influyentes del año.

En muy poco tiempo, el restaurante ha pasado de ser una de las inauguraciones más esperadas de 2025 a consolidarse como una voz propia dentro de la alta cocina contemporánea, fiel a una visión que une técnica, sensibilidad y emoción. La estrella Michelin se suma así a un camino ascendente que reafirma la solidez del proyecto.