LA CASA DE MANOLETE BISTRÓ

Juan José Ruiz, Chef y propietario

Remedios Romero González, Directora y propietaria

El sector gastronómico está repleto de parejas que han formado equipo en todo, no solo en lo sentimental, sino que comparten su pasión y combinan sus profesiones para alcanzar el éxito.

Juanjo y Reme tienen personalidades muy distintas, pero combinan a la perfección para conquistar los paladares más exigentes y levantar el nombre de su restaurante -La casa de Manolete bistró- entre los más exquisitos del país, no solo en sabores, sino también en gusto.

¿Cómo surgió la idea de abrir este restaurante?

Las cosas importantes de la vida llegan por casualidad. Nosotros siempre decimos que no buscamos a la casa, sino que fue la casa quien nos buscó a nosotros. Tenemos fijación con Manolete, hay muchas anécdotas que nos han ocurrido a lo largo de nuestras vidas que guardan relación con la historia de la casa. Es algo mágico.

Siempre describís La casa de Manolete bistró como un lugar mágico…

Hay lugares especiales, lugares con una energía que te llenan el alma. Hemos creado un vínculo tan grande y bello respecto a la historia del lugar, la historia de la ciudad… que hace que nos enorgullezca nuestra aportación a la misma, y queremos seguir formando parte de esta bonita historia.

¿Qué tiene de especial La casa de Manolete bistró?

Se han unido multitud de factores que hacen especial a La casa de Manolete bistró, pero lo podemos resumir en uno: VERDAD. La casa de Manolete es una historia verdadera, forma parte de la historia de Córdoba y hay muchísimas personas que tienen un vínculo muy especial con la casa, los cordobeses la sienten como suya y nos hace muy felices haberle devuelto todo su esplendor.

Esta casa tiene mucha historia…

La casa fue construida en el año 1890 por Ortega y Munilla, el padre de uno de los filósofos más influyentes en nuestra historia: Ortega y Gasset, que pasó parte de su infancia y juventud en la casa; un dato muy curioso es que su nuera, Simone Ortega, cambió la gastronomía española para siempre con su libro 1080 recetas de cocina. Fue contemporáneo de Manuel Rodríguez Sánchez, “Manolete”, que compra la casa en el año 1942, pero quien desgraciadamente tan solo pudo disfrutarla 5 años… Ha estado abandonada en dos ocasiones, en periodos muy largos, y nosotros la hemos devuelto a todo su esplendor. Cada día, antes de cada almuerzo y cada cena, contamos la historia del palacete, enseñamos fotos antiguas… es algo que nos encanta hacer, poner en contexto a todas las personas que nos visitan antes de que puedan disfrutar de la buena mesa.

¿Cómo describiríais la experiencia en el restaurante con respecto a la cocina?

Aquí se cuenta una historia simple, verdadera y absoluta. Una experiencia llena de emociones. Juanjo ofrece una cocina tradicional andaluza y contemporánea, donde priman los sabores reales y la cocina a fuego lento; grandes sabores concentrados gracias a las reducciones bien trabajadas donde encontramos auténticos elixires con los que acompañamos los platos. Una cocina que emociona y nos evoca recuerdos de la infancia. También es saludable, con productores cercanos que aman sus productos, una cocina sostenible y moderna en el sentido de estar a la vanguardia en nuevas técnicas y que interactúa con muchos otros campos como la nutrición y la medicina.

¿Y con respecto a la sala?

El trabajo de sala es tan importante como el de cocina. Es nuestro deber que todas las personas que nos visitan se sientan especiales desde su llegada.

La presencia de Reme como anfitriona se percibe en todas partes: su personalidad y su visión están presentes en cada rincón de la casa. Está encantada de compartir con cada comensal su historia y transmite todo el cariño y pasión puestos en este proyecto. Dirige un servicio que va al unísono con la cocina y la repostería. El baile de comedor es impecable, distendido y espontáneo. Las conversaciones fluyen y los comensales encuentran una sensación de convivencia y disfrute esencial para el éxito de una comida. Cuenta con una joven generación de profesionales de sala, que algún día será parte de la historia de nuestra ciudad.

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