Ahora que el sol ha vuelto a aparecer en nuestra rutina, aprovechamos el tiempo libre para salir a terrazas, pasear por el campo o visitar a la playa. También, nos hacemos más conscientes de la necesidad de proteger la piel. (Por María Gómez Bulnes).
La radiación solar es positiva para nuestra salud física y mental, pero no así la sobreexposición a la misma que se traduce en envejecimiento prematuro, manchas e incluso cáncer de piel.
¿Cuáles son los beneficios del sol?
1. Uno de los más conocidos es el aumento de la vitamina D, esencial para la salud y que solo podemos obtener mediante la exposición solar. Una cantidad suficiente de vitamina D dificulta la aparición de osteoporosis.
2. También mejora el estado de ánimo ya que se encarga de aumentar los niveles de serotonina, de manera que combate la depresión y el estrés.
3. Otro de los grandes beneficios es que ayuda a mejorar la producción de melatonina y, por tanto, mejora la calidad del sueño.
4. Por último, ayuda a mejorar algunas alteraciones cutáneas como la psoriasis o el acné.
¿En qué puede perjudicarnos un exceso de exposición solar?
La sobreexposición solar puede suponer la aparición de eritema o enrojecimiento, manchas, quemaduras solares, envejecimiento prematuro o cáncer de piel en casos extremos.
Por esto se hace más necesario que nunca el uso de un buen protector solar facial y corporal.
Cuatro pasos para proteger tu piel en verano
Desde casa podemos seguir unas sencillas pautas que preparen la piel para enfrentarse al verano y a la exposición solar.
1. Exfoliación: ayuda a eliminar las células muertas y hace que nuestro bronceado sea más uniforme. Existen distintos tipos de exfoliantes para emplear en casa, aunque el más habitual por ser el más cómodo y práctico, es el exfoliante físico que actúa mediante partículas de arrastre.
2. Hidratación: mantener la piel hidratada es la base para una piel sana, lo que convierte este paso en el segundo requisito para un bronceado uniforme y duradero.
Lo ideal es emplear cremas hidratantes, que nos aporten agua; humectantes, que evitan que se evapore el agua de la piel y antioxidantes, para evitar el envejecimiento prematuro.
3. Alimentación: Es cierto que solo con una buena alimentación no lograremos que nuestro cuerpo quede totalmente protegido, pero sí ayuda a fortalecer la piel frente a la agresión de la exposición solar.
Alimentos como la zanahoria, el mango, la sandía, el tomate o los frutos secos fortalecen el sistema inmunológico cutáneo, reducen el riesgo de quemaduras solares y reparan la piel.
4. Protección solar: el protector solar más adecuado es el que te aplicas, el hecho de no emplear protección solar por temor a no broncearte es un gran error. La protección no impide coger ese color que tanto nos favorece, sino que nos permite hacerlo en el tiempo adecuado para no dañar nuestra piel. Hay que tener en cuenta que no debemos emplear el mismo protector para toda la familia, que debemos evitar la exposición solar en menores de 6 meses y aplicar solo filtros físicos no nanos en menores de 6 años ya que estos son hipoalergénicos y no absorbibles.
Aprende a aplicar el protector solar de manera adecuada:
– Aplica antes de salir de casa: lo ideal es aplicar el protector unos 20 minutos antes de la exposición solar y reaplicar cada dos horas como máximo y cada vez que realicemos deporte, tras los baños prolongados y tras el secado con toalla.
– Siempre, la cantidad adecuada: se recomiendan 9 cucharillas de café para todo el cuerpo o seguir la regla de los dos dedos, es decir, aplicar la cantidad de protector que caben en dos dedos por cada zona del cuerpo.
– No olvides las zonas escondidas: recuerda cubrir con protector las zonas olvidadas como orejas, nuca, tabique nasal, manos o empeines.
– No emplees protectores de la temporada anterior salvo que no se hayan abierto. Los protectores, como cualquier otra crema, degradan sus ingredientes con el paso del tiempo, esto puede hacer pierda la función protectora
¿Y es posible proteger mi piel y proteger el planeta?
¡Sí! Actualmente, cada vez más firmas cosméticas son conscientes de la importancia del cuidado de la piel y del medio ambiente, por ello, existen multitud de protectores solares formulados con filtros químicos biodegradables que protegen el medio marino y físicos sin nanopartículas.
Esta combinación hace que ofrezcan una protección de radiación UVA, UVB, IF y luz azul de máxima seguridad, con la mínima cantidad de filtros y una textura óptima.
Busca que además esos filtros no se acumulen en la piel y sean fotoestables, para una mayor duración en el tiempo.
Y si quieres contribuir a mejorar la economía de países en desarrollo puedes optar por protectores que provengan de comercio justo y desarrollo sostenible al cumplir leyes nacionales e internacionales que incentivan a las comunidades amazónicas y a las mujeres de África Central.