Cargado de colágeno, hay quien cree que el caldo de huesos es el mejor remedio antienvejecimiento, incluso por encima de los cosméticos y nutricosméticos. ¿Es así? Le hemos preguntado y esto es lo que nos han contado algunas expertas.
Las temperaturas se han desplomado en las últimas semanas y, por mucho que nos gusten las ensaladas y los gazpachos, ya va apeteciendo cambiarlos por un caldo de huesos, que está cargado de colágeno. ¿Ricos? Mucho, pero ¿podrían aportarnos más beneficios que los meramente nutricionales? «Las propiedades del caldo de huesos son ancestrales. Está repleto de colágeno de alta biodisponibilidad, es decir, el cuerpo lo metaboliza y asimila con gran eficacia», nos anuncia Raquel González, cosmetóloga y directora dermocosmética de Perricone MD. Pero si envejecemos porque, a medida que pasan los años, dejamos de producir tanto colágeno, ¿es el caldo de huesos el tratamiento antiedad que hemos estado pasando por alto? Lo analizamos con lupa.
¿Qué nos puede aportar el caldo de huesos?
Hablar de caldo de huesos es imposible sin mencionar al colágeno, «una proteína clave para la piel, el cabello y las uñas. Sin embargo, a medida que envejecemos, la producción natural de colágeno disminuye y por eso aparecen arrugas, flacidez y se pierde elasticidad», explica Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8. El caldo de huesos, al ser rico en colágeno, puede ofrecer muchos beneficios, como «mejorar la apariencia de la piel y mantener la salud del cabello y las uñas», tal y como añade Ana Yuste, asesora facial en Purenichelab.com.
El caldo de huesos no sustituye a los cosméticos
Sentimos ser nosotros los que te lo digamos, pero el caldo de huesos no es el elixir de la eterna juventud. Y es que, aunque tomar caldo de huesos de manera regular es muy apetecible en los meses de frío y bueno para la salud de nuestra piel, el pelo y las uñas, “nos aporta beneficios por su biodisponibilidad, pero no es un alimento milagroso, aunque lo tomemos a diario y varias veces. Para cubrir las necesidades diarias de colágeno a través del caldo de huesos, se necesitarían cantidades inmensas que podrían resultar poco prácticas», esclarece Lara González, cosmetóloga de Byoode.
En cambio, «los suplementos alimenticios de colágeno o aquellos que promueven su producción natural, como las vitaminas A o C o los péptidos, pueden ser más eficaces y convenientes», apunta Sole Urrutia, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme. Además, «las vitaminas A y C no solo ayudan a la producción de colágeno, sino que también son potentes antioxidantes que protegen la piel del daño causado por los radicales libres«, agrega Marta Agustí, directora dermocosmética de Omorovicza. “Estas opciones te permiten compensar la pérdida de colágeno con rutinas o elementos que son más fáciles de introducir en tu rutina”, concluye Mireia Fernández, directora dermocosmética de Boitijour.