Este tesoro Art nouveau brilla con una nueva oferta culinaria centrada en la época que arranca. Resguardarse de las bajas temperaturas en El Gran Café El Espejo, uno de los edificios más icónicos del centro de Madrid, es posible por fin gracias al emprendedor Aitor Enatarriaga, quien lo ha devuelto a la vida
Con una ubicación envidiable en pleno Paseo de Recoletos y una propiedad, equipo y diseño totalmente nuevo, el emprendedor Aitor Enatarriaga ha conseguido volver a poner en el candelero una dirección tristemente olvidada por los madrileños, relegada a cafés y tentempiés de paso con un público eminentemente extranjero. Enatarriaga, fundador y responsable sin ir más lejos de la icónica discoteca MOMA, ha devuelto a la vida al emblemático Gran Café El Espejo, que hace décadas brillaba como uno de los más destacados de Europa, y pretende seguir haciéndolo no solo en las mesas al fresco para los días de sol de los que la villa y corte sigue disfrutando, también a cubierto, ahora, en el interior del precioso pabellón acristalado que le da nombre y que es una de las construcciones más bellas del centro de la capital.
Este maravilloso edificio modernista, un representativo lugar levantado al estilo de los cafés literarios del siglo XX y que ha sido punto de encuentro de grandes nombres de la época, tanto como su vecino, el Café Gijón, retoma así su esplendor. Lo hace con un sencillo pero cuidado diseño interior al hilo de las elegantísimas barras marmoleadas, sofisticados botelleros de cristal e ideales mesas redondas con cuidada vajilla que ya han conquistado en su espacio exterior. No hace falta mucho más, pues el propio continente, con su luz natural que traspasa finos vidrios y vidrieras y sus vistas al bulevar, ya es un marco incomparable. No hay localización como esta, a un paso de la Plaza de Colón, frente a la Biblioteca Nacional y a una calle del área de moda de Madrid, las Salesas. Revive también con una nueva carta apetecible de la mañana a la noche con flamantes platos de temporada.
Nuevos platos de otoño e invierno
La carta sigue arrancando a primera hora de la mañana, de 9 a 12, con atractivos desayunos. Panes especiales para tostadas de jamón ibérico o salmón y aguacate, cruasanes recién horneados con rellenos dulces y salados, bagels y brioche con huevo escalfado y diversas combinaciones y excelentes cafés orgánicos son perfectos para empezar el día. Nota aparte merecen sus zumos naturales y ‘smoothies’, presentados en cuidadas botellitas de cristal.
Para comer o cenar, alternativas que siempre apetecen, numerosas, y que resultan sencillas y ricas, sin pretensiones. Ya fue una gran noticia que pudieran tomarse las lechugas vivas y los tomates de Tudela de la huerta de Floren Domezáin, igual que los pimientos al estilo Julián de Tolosa. En estos meses, una nueva selección de verduras navarras del terreno a la brasa acompañan a estas alternativas, así como una suculenta crema tibia de boletus con lascas de foie.
No faltan históricos, como un buen jamón, unas buenas croquetas, platos de huevos revueltos… Estamos en Madrid y uno de sus sitios más representativos tiene que celebrarlo. En las carnes, su pollo picantón, su carrillera ibérica guisada a la antigua o su hamburguesa con salsa de bacon e inyectable de cheddar en pan brioche son impepinables. A estas recetas se añaden otras como como la pata de pulpo gallego a la parrilla con cremoso de patata, trufa y crujiente de parmesano o las albóndigas caseras de ternera con patatas que llevan de inmediato al hogar.
En los postres, sigue otro nombre propio: Paco Torreblanca, reconocido como mejor pastelero de España y del mundo. Su torrija de brioche y su cheesecake de camembert son solo dos de las más exitosas y dulces posibilidades a las que ahora se une una exclusiva tarta de chocolate belga by Jacob Torreblanca con la que hay que pecar.
Las sobremesas se siguen alargando con gusto en la terraza, si hace bueno, o aquí mismo en el interior. Los cocktails y combinados más coloristas empiezan a llenar las barras y mesas hasta el cierre, con la posibilidad de ordenar siempre un picoteo para compartir y acompañar este momento entre amigos o en pareja buscando una velada de éxito. Lo será, seguro.