De los creadores de Ciriaco Brown, esta nueva propuesta dedicada al ocio nocturno se instala en el espacio que una vez ocupó la sala Polana y el tablao flamenco de Manolo Caracol.
La oferta de disfrute nocturno en Madrid se encuentra en un momento en el que hay pocas propuestas dedicadas a un público experimentado. Ese al que le gusta disfrutar de un buen trago y buena música sin necesidad de recurrir a discotecas pensadas para apelar a un público masivo. Es por ello que los creadores de la coctelería Ciriaco Brown han decidido agitar la noche madrileña con la apertura de Salvaora Brown (calle Barbieri, 10), un espacio #atodoconfort dedicado a la coctelería y vinculado a un club nocturno, con una programación que cambiará cada semana con la intención de albergar disciplinas tan diversas como techno, flamenco, jam sessions o teatro.
Salvaora Brown busca diferenciarse así del resto de clubs de la capital, dotando siempre de contenido cada noche y con un estilo unificador: el estilo “Salvaora” de hacer las cosas. Familia Brown –compuesto por varios socios, entre ellos, los propietarios de Ciriaco Brown y algunos de los miembros de Grupo Confitería (también detrás de Paradiso, nombrada #1 del mundo en 2022 según el listado 50 Best Bars o Dr. Stravinsky, en Barcelona) se encuentra detrás de este proyecto, con el que se ha decidido recuperar la antigua sala de Manolo Caracol (y eventualmente la mítica Sala Polana) para devolverle a Madrid ese sentimiento de pertenencia, casticisimo y auténtico disfrute nocturno que actualmente se encuentra en desgaste.
Como ya sucedió en Ciriaco Brown, en Salvaora Brown también se recurre a la seña de identidad de la casa, nombrando al proyecto con un homenaje a un personaje pintoresco e imaginario. «Para nosotros, Salvaora Brown es la hija del conocido guitarrista de flamenco ‘Habichuela, el viejo’ una joven que llegó a Madrid siguiendo el destino de su padre, que, por aquel entonces, iniciaba su carrera bajo el influjo de Manolo Caracol. Después de una fugaz carrera como actriz, se da cuenta de que su verdadera pasión es la de representar artistas y se corona como unas de las primeras y más influyentes mujeres de la capital. Eventualmente, Salvaora fue abriéndose las puertas en la noche madrileña y adentrándose en los círculos más selectos, hasta que un día el destino cruza su camino con Ciriaco Brown, con el que forjará una amistad fraternal que los hará inseparables», explican sus creadores.
