Igual de peligrosa, la luz azul representa un mayor porcentaje de la incidencia en la piel que la radiación UV. ¿Cómo evitar sus efectos? Aquí todo lo que tienes que saber.
¿Sabías que los rayos UV que dañan la piel representan solo el 5 % de la luz solar, mientras que la luz azul representa el 30%? Si creías que solo te afectaba por la exposición a las pantallas, venimos a desvelarte que en la propia luminosidad del día también hay luz azul, que también la produce el sol y que, además, afecta a la piel considerablemente.
De hecho, “la exposición continuada y excesiva a la luz azul produce manchas y acelera sustancialmente el envejecimiento y propicia la aparición de signos de la edad como las finas líneas y arrugas, al tiempo que provoca un tono desigual de la piel y daña la capa lipídica que protege la hidratación”, explica Raquel González, que es cosmetóloga y directora técnica en Perricone MD. ¿Cómo daña la luz azul a tu piel? Lo vemos en detalle para entender bien cómo prevenirlo.
Estresa tu piel y acelera su oxidación
La luz azul es causante de radicales libres, los principales agentes del envejecimiento. “Se trata de moléculas inestables que alteran el correcto funcionamiento celular de la piel, causando estrés y provocando que se descompongan el colágeno y la elastina, imprescindibles para su firmeza”, desvela Lara González, cosmetóloga de Byoode. Es por ello por lo que podemos achacar también a la luz azul que nos aparezcan arrugas y flacidez y, en definitiva, que se aceleren los procesos de envejecimiento.
Manchas
Si creías que solo los rayos UVA y UVB producían manchas, estabas equivocada, ya que pueden aparecer también por la propia luz azul. “Los radicales libres que surgen por una exposición a la luz azul activan los sistemas de autodefensa de la piel y hacen que se estimule la producción de melanina, el pigmento que conduce a manchas oscuras”, sostiene Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8. “Estas manchas son diferentes al bronceado causado por la radiación UV. Las manchas producidas por luz azul son más persistentes y difíciles de tratar, por eso la prevención es tan relevante”, añade la experta.
Pérdida de hidratación
Esa exposición a la luz azul tiende a afectar de manera relativamente directa a la hidratación de la piel. “La alteración celular que produce la luz azul reduce la cantidad de lípidos indispensable para que la función barrera de la piel esté equilibrada. Cuando esto sucede, nuestra hidratación se ve comprometida y surgen fugas de humedad, lo que hace que la piel se vea más seca y puede desencadenar la presencia de signos que asociamos al envejecimiento”, explica Marta Agustí, directora dermocosmética de Omorovicza. “Esa falta de hidratación tiende a producir enrojecimiento y procesos inflamatorios que, si se mantienen en el tiempo, propiciarán cascadas de envejecimiento”, añade Mireia Fernández, directora dermocosmética de Boutijour.
Tu piel descansa peor con la luz azul
“Por la noche, nuestra piel se renueva automáticamente, activando todos los mecanismos de regeneración celular”, analiza Isabel Reverte, directora dermocosmética de Ambari. Es lo que los expertos llaman ciclos circadianos. “Si nos exponemos a luz azul de pantallas, la piel puede entender que estamos en horario diurno y alterar ese ciclo renovador. Es como si tuviera jet lag y no trabajara óptimamente”, comenta también Natalia Abellán, directora dermocosmética de Rosalique. Por eso, es conveniente no utilizar móviles u otros aparatos electrónicos que emiten este tipo de luz antes de dormirnos.
Ingredientes cosméticos contra la luz azul
Como explica la Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD, “para evitar los efectos de la luz azul, lo mejor será usar protección solar potente, enriquecida con antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E o el ácido ferúlico”. Estos son ingredientes que nos van a ayudar con toda la radiación. Ahora bien, parece ser que la luz azul es dura de roer y necesita algo más específico. “Además de los escudos solares habituales, la luz azul se trata con antioxidantes específicos como el cacao teobroma o el extracto de espirulina”, añade Lara González, cosmetóloga de Byoode.
Como la luz azul está muy ligada a manchas, también interesa tratar la producción de melanina. “Regulamos la producción de melanina con orujo de oliva, L-cisteina, niacina, extracto de semilla de uva, vitamina C, regaliz y cobre, ingredientes que también ofrecen protección y algunos de ellos contribuyen a la regeneración de la piel y la reparación de su ADN”, comenta Sole Urrutia, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme.
¿Qué cosméticos usar?
Además de usar un protector solar, las expertas apuestan porque “la fórmula con SPF incluya antioxidantes. Si no es el caso, podemos aportarlos aparte con sérums o con una crema hidratante”, propone Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8.
Advanced Day Total Protect de Medik8. Crema hidratante con SPF, ácido hialurónico y cacao teobroma contra la luz azul.
Lotus & Spirulina Romance de Byoode. Crema hidratante con ácido hialurónico y espirulina contra la luz azul.
Daily Defense Moisturizer SPF35 de Perricone MD. Crema hidratante y regeneradora con SPF, tripéptido de cobre regenerador y protector.
Daily Vitamin C de Omorovicza. Sérum antioxidante, protector y regenerador con vitamina C estable y un complejo mineral patentado.
Por otro lado, los resultados se potencian si se combina cosmética con suplementación, ya que “el 70% del estado de la piel proviene del interior del organismo, por eso es recomendable apoyar una rutina cosmética con nutricosméticos ricos en los mismos ingredientes, pero entregados por vía oral”, concluye Sole Urrutia, de Advanced Nutrition Programme.
Skin Even IQ de Advanced Nutrition Programme. Incluye cinco cápsulas diarias que vienen repartidas en Pods.