Apertura de ‘Dry Martini.The Bar’ en la emblemática Casa Gallardo, junto a el Club Allard
Tras culminar su etapa en el Gran Hotel Meliá Fénix, el bartender y empresario barcelonés vuelve a la capital y abre de nuevo Dry Martini, que aspira a convertirse en un clásico indispensable donde disfrutar de la coctelería y, sobre todo, en un punto de encuentro multicultural
Javier de las Muelas, referente mundial de la coctelería, empresario, visionario, creador de tendencias y, sobre todo, «cuidador de personas», abre Dry Martini by Javier de las Muelas. The Bar. Tras culminar su etapa en el Gran Hotel Meliá Fénix de la capital -donde ha estado 13 años-, arranca con ilusión en este local emplazado en el edificio Casa Gallardo (calle de Ferraz esquina con plaza de España). El objetivo es convertirlo en un clásico indispensable donde disfrutar de la coctelería, del glamour y del hedonismo de la vida, en un ambiente inmejorable, relajado y sin encorsetamientos.
Los clientes -a Javier le gusta llamarlos feligreses- pueden deleitarse con una extensa carta que es una oda a los tragos clásicos, con el archiconocido Dry Martini como pilar, aunque también tiene hueco para las vanguardias líquidas (Excentrics & Signature Cocktails), los cócteles sin alcohol o los destilados más exclusivos. «En Madrid, el bar forma parte del día a día de las personas. Aquí ríen, lloran, se enamoran, etc. Por ello, aparte de hacer disfrutar con la coctelería, lo que me importa es formar parte de la vida de la gente. Los bares son platós donde se ruedan muchas escenas cotidianas, a veces en blanco y negro y otras en color, estilo Tarantino. Ese es el pilar de Dry Martini, que nace para ser el Bar con mayúsculas al que todos quieran ir y donde quieran estar», dice Javier.
La mejor ubicación para el bar más exclusivo
En el mismo edificio en el que está El Club Allard, comandado por Martín Berasategui, el chef con más estrellas Michelin de España, este espacio, restaurado por el interiorista Francesc Pons, abre las puertas a un mundo de lujo y glamour. De esta manera, Dry Martini y El Club Allard conforman un tándem único que conjuga la coctelería más exclusiva y la mejor gastronomía de Madrid. La decoración de Dry Martini contribuye a crear ese ambiente de gran coctelería clásica y palaciega (con un punto clandestino) en la que predominan los colores burdeos, ocre, negro y marrón. En cuanto a los materiales, latón, cuero y laca piano se mezclan con sillas y butacas tapizadas en terciopelo y en telas de Liberty de llamativos estampados. Los grandes ventanales, que dan a la calle Ferraz, están cubiertos con sofisticadas cortinas y del techo cuelgan cuatro lámparas de araña, que trasladan al cliente a ese ambiente distinguido único, gracias también a los espejos de las paredes. Pero, sin duda, la absoluta protagonista del único Dry Martini de Madrid -bajo este nombre, y creados y dirigidos por Javier de las Muelas, hay más de una decena de locales en Europa, Asia y América- es su barra: diez metros con un acabado en laca negro piano -en honor a Gimlet (1982), el primer local de Javier- y rodeada de banquetas altas. La parte central, es exclusiva para preparar y oficiar el cóctel que identifica el emblema de la casa: el Dry Martini, desde su versión clásica a la más innovadora. Más allá de la barra, si el cliente prefiere pasar a la sala puede sentarse en un sofá que rodea el local y que se refuerza con mesas bajas que invitan a conversar y compartir. Además, no falta el mítico Dry Martini Counter, un marcador luminoso que contabiliza cada uno de los martinis que se sirven en el local madrileño.
El arte es otro de los pilares del establecimiento. El pintor madrileño Jorge Diezma firma el cuadro de seis metros colocado detrás de la barra y dividido en tres partes, que rinde homenaje al mundo onírico del propio autor y de Javier de las Muelas. También, de las paredes del Salón Marie Brizard -reservado ideal para tertulias- cuelgan cuatro de las obras más representativas de la colección de pintura y fotografía dedicada al universo del Martini que Javier de las Muelas lleva años creando y donde hay diversidad de autores, como Mel Ramos, Keith Haring, Romero Britto, Miquel Barceló, Ceesepe, Jordi Labanda, Carlos Saura, Ramon Condé o Aguilar Alcuaz.
Punto de encuentro sociocultural
Con aforo para 90 personas, Dry Martini Madrid ofrece una coctelería auténtica, la cultura del bar -como el lugar donde se cuece la vida- y el servicio exclusivo que caracteriza a todos los establecimientos de Javier, tanto en su concepto como en la carta. A ello se suma, en línea con el espíritu rompedor del visionario barman y emprendedor, su apuesta por activar la vida social y cultural madrileña. Así, tiene previstos encuentros que reúnan a intelectuales, artistas o músicos del panorama nacional e internacional. «Los bares son dinamizadores de las relaciones sociales, amorosas, de amistad, etc. La parte emocional es fundamental en la hostelería y, para mí, en la coctelería especialmente. El equipo debe percibir qué necesita el cliente en cada momento; una mirada o un gesto debe ser suficiente para que captemos en qué punto se encuentra y qué necesita de nosotros. Los bares son iglesias; la barra, el altar; el barman, el sacerdote; los clientes, feligreses, y el cóctel, la ofrenda», afirma Javier de las Muelas.
Hace 12 años, Javier añadió su nombre a Dry Martini como marca de garantía de compromiso y calidad. Aunque él es el director de esta orquesta y firma sus proyectos, siempre hay una máxima que caracteriza a sus establecimientos: rodearse de grandes equipos. Profesionales que reflejan los valores de Javier: el conocimiento, la humildad, la sencillez y la cultura del servicio.
Extensa y prolífica carta
En el local de Madrid, como explica Javier, «El cliente encuentra una coctelería pura y clásica, que se va a fusionar con los cócteles más locos y creativos. Es una propuesta que incluye todo lo imaginable y no imaginable». Con el Dry Martini como pilar, la carta ofrece al cliente un apartado especial con una selección de este afamado cóctel con versiones vintage & trendy, como Bamboo, Martínez o Mezcaltini. Los tragos más locos vienen de la mano de los ‘Excentrics & Signature Cocktails’, colecciones que son el fruto de la pasión de Javier de las Muelas por la cultura de cóctel y por desarrollar nuevas tendencias. Dentro de los Excentrics -creaciones muy atrevidas y con una puesta en escena out of the box-, se puede elegir entre emblemáticas propuestas como Carnyvore -servido dentro de una planta carnívora-, Fugu -con una copa con forma de pez globo-; Lost in Traslation -un homenaje a Tokio y a la película homónima- o The Pipe -en una pipa de cristal-. Por su parte, los Signature -con una delicada presentación- incluyen los conocidos Drive Me Crazy, con cava; Scented Negroni, aperitivo de gran fortaleza, intenso y final amargo; Under the Sun, con sirope de mandarina y zumo de lima, o Wasabi Mule, con un innegable toque japonés. Los cócteles más clásicos, como Bloody Mary, Mojito -con ocho diferentes sabores-, Caipirinha, Manhattan o Pisco Sour, también tienen un lugar destacado en la propuesta. Aquellos que prefieran los combinados de frutas o sin alcohol pueden decantarse por variedades como Ipanema o Virgin Colada. La oferta se completa con una amplia gama de destilados exclusivos -ginebra, whisky, brandy, vodka, ron, cognac, tequila, mezcal y armagnac-, así como el sofisticado mundo de licores y cremas Marie Brizard, cervezas, vinos y bebidas y mixers con y sin alcohol.
En el apartado gourmet, los clientes tienen la opción de disfrutar de un exclusivo maridaje: cócteles y caviar prémium. Persicus, beluga, osetra iraní, osetra 00 ahumado y amur Osetra son los cinco tipos de caviar que se ofertan y que se recomiendan acompañar con cinco cócteles especialmente pensados para estas propuestas.