Los malos hábitos pasan factura a nuestro cuerpo, por eso es el momento de incorporar nuevos hábitos saludables
Con el fin del verano y el comienzo del otoño, toca hacer balance sobre los excesos de los últimos meses. Y es que en esta época del año todos sabemos que la alimentación y el ejercicio físico se descuidan ligeramente, permitiéndonos una mayor libertad para disfrutar de las vacaciones. Sin embargo, debemos saber que el cuerpo se resiente, así que es el momento de ponerse las pilas con un buen plan detox.
El alcohol, las frituras, los azúcares y los ultraprocesados llevan al organismo a un estado de inflamación del que es importante salir. Tal y como explica la nutricionista María Gonzálvez Bellón, de ENEA Clínica, “si lo mantenemos en el tiempo, puede dar lugar a una inflamación crónica de bajo grado que puede ser la antesala de muchas de las enfermedades crónicas no transmisibles de la sociedad actual como la resistencia a la insulina, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, dermatitis, síndrome de ovarios poliquísticos, y algunos tipos de cáncer entre otras”.
Hoy en día ya se habla de un nuevo concepto que se conoce como inflammaging y que consiste en la combinación de una inflamación crónica de bajo grado junto con el envejecimiento. “Comer mal nos inflama y nos hace envejecer. Es por eso que debemos volver cuanto antes a nuestras rutinas y recuperar o instaurar hábitos saludables y una alimentación que nos nutra”, explica Gonzálvez Bellón.
TRUCOS DE EXPERTO
Por ello, ahora que hemos vuelto a la rutina, es el momento de recuperar los buenos hábitos de antes del verano o, si no había, comenzar a probarlos poco a poco. A la hora de recuperar una buena alimentación, la clave nunca está en comer menos, sino mejor y es que desde ENEA Clínica recuerdan que reducir el contenido de tus platos solo te llevará al círculo vicioso de restricción – atracón. Sin embargo, estos tips son todo lo que necesitas para un verdadero cambio de hábitos.
1. Realiza descansos digestivos. Un ayuno nocturno de mínimo 12 horas, así como no estar continuamente picoteando, ayudará a la limpieza del tubo digestivo y a equilibrar tus niveles de glucosa en sangre. Reduce el número de ingestas y elimina los almuerzos y meriendas durante un tiempo.
2. Incorpora hidratos de carbono almidonados según tu actividad física diaria y prioriza los hidratos de carbono de bajo índice glucémico como las legumbres, los cereales integrales y los tubérculos, y elimina el resto. Además, acompaña los hidratos de vegetales, proteínas y grasas siempre.
3. El orden sí que importa: toma primero los vegetales, después las proteínas y grasas, y en último lugar, los hidratos de carbono almidonados.
4. Incluye vegetales de todos los colores en tus platos. En la variedad de colores se encuentra la variedad de vitaminas y minerales.
5. Consumo alimentos ricos en omega 3 como pescado azul tres veces por semana y semillas de lino molidas y nueces a diario.
6. Bebe suficiente agua, sobre todo fuera de las comidas, y realiza actividad física a diario, tu mejor aliado es el ejercicio físico.
Además de estos trucos sencillos que puedes llevar a cabo cada día, también hay que tener en cuenta los nutrientes que nos pueden ayudar a reducir la inflamación y que son, sobre todo, aquellos que mejoran la barrera intestinal que puede haberse visto alterada por los malos hábitos sostenidos en el tiempo: el omega 3, el zinc, la vitamina D, curcumina o glutamina, entre otros.
“También podemos recurrir al consumo de probióticos y prebióticos, una vez que se haya reducido la inflamación de la barrera intestinal. Aunque si bien es cierto que todos estos nutrientes los podemos encontrar en los alimentos, puede ser una buena idea suplementarnos durante un tiempo, ya que muchas veces no están en las cantidades necesarias debido a la baja calidad de los alimentos hoy en día”, afirma la nutricionista María Gonzálvez Bellón.
Si tú también has dejado a un lado los buenos hábitos este verano, estos consejos de experta te ayudarán a recuperar una buena rutina.