Para muchas mujeres, especialmente a partir de los 30, el autocuidado se ha convertido en una tarea más en la interminable lista de obligaciones diarias.
¿Y si, en lugar de ser una carga, el autocuidado pudiera transformarse en una forma de honrarse y celebrarse cada día? Esta es la invitación de Carolina López-Tejero, psicóloga certificada en yoga y pilates y fundadora de la app de bienestar Swan by Carolina. Sigue leyendo porque… ¡tenemos todas sus claves para conseguirlo!
EL AUTOCUIDADO NO ES UN CASTIGO
“¿Y si cuidarte no fuera algo que haces para ‘arreglarte’… sino una forma de honrarte cada día?”, plantea Carolina, reflexionando sobre la necesidad de repensar el autocuidado, alejarlo de la autoexigencia y acercarlo a la devoción personal.
Según la fundadora de Swan by Carolina, el primer paso es dejar atrás la idea de que el autocuidado es un castigo. “Muchas veces lo vivimos desde la obligación: el ‘tengo que hacer ejercicio’, ‘debería comer mejor’… Pero cuando entiendes que es una forma de sostenerte, todo cambia”, explica. El bienestar, desde su mirada, no debería sentirse como una penitencia, sino como un acto genuino de amor propio.
COMER CON CONCIENCIA
La alimentación, por ejemplo, es otro de los pilares de su filosofía. “No se trata de comer porque toca o porque no hicimos una comida antes. Hablamos de escuchar al cuerpo, practicar la alimentación intuitiva y dejar atrás el piloto automático”, afirma. Para Carolina, comer con conciencia es una manera de reconectar con las necesidades reales del cuerpo y alejarse de los hábitos automáticos impuestos por la rutina.
PEQUEÑOS GESTOS, GRAN IMPACTO
Además, la psicóloga reivindica el valor de los pequeños gestos cotidianos. “No necesitas una rutina perfecta. Una caminata consciente, un desayuno nutritivo o dormir 30 minutos más, todo suma”, señala. Según la fundadora de Swan by Carolina, el bienestar no se construye con grandes gestos puntuales, sino con actos cotidianos y sostenidos, fáciles de integrar en el día a día y mucho más poderosos de lo que parece.
DISCIPLINA VS DEVOCIÓN
Uno de los conceptos clave que Carolina introduce es el cambio de la disciplina a la devoción. “Disciplina suena a castigo. Devoción, a cuidado. Cuidarte es un acto de amor, no de exigencia”, defiende. Transformar la relación con el autocuidado pasa por convertirlo en un acto elegido y placentero, más que en una obligación impuesta.
RITUALES, NO RUTINAS
Finalmente, Carolina invita a repensar la rutina desde la óptica de los rituales. “Convertir lo cotidiano en sagrado: ese es el verdadero autocuidado”, asegura. Así, propone que cada gesto de bienestar, por pequeño que sea, tenga un significado especial y se convierta en un ritual para honrar la propia salud.
“Tu salud no es negociable. Es la base de todo lo demás”, concluye Carolina López-Tejero. Su mensaje es claro: el autocuidado no es una moda, ni una exigencia, sino la mayor expresión de respeto y amor hacia una misma.