¿Sabías que la piel tiene memoria?
El sol siempre deja huella en la piel, en muchas ocasiones una huella silenciosa hasta que hace su aparición estelar en forma de mancha. Y es que, aunque no lo creas, las manchas se hacen especialmente evidentes con la suma de horas de sol acumuladas, además, según indica la facialista y cosmetóloga Esther Moreno, de EM Studio “no es únicamente una cuestión de edad, sino de sol al que se ha expuesto una piel. De hecho, las manchas pueden aparecer de forma muy prematura en personas jóvenes que se exponen en exceso a la radiación solar”.
Manchas solares, ¿por qué se producen?
Las manchas solares son zonas hiperpigmentadas que se producen debido a la acumulación de melanina, que es el pigmento que da color a nuestra piel y protege, no solo a la piel, sino a nuestro organismo, de la acción de la radiación ultravioleta.
Las manchas se producen principalmente por un exceso de sobreexposición al sol, sobre todo en personas que han abusado de él, “pero también pueden aparecer por la ingesta de medicamentos que sean fotosensibilizantes, por factores hormonales y por lesiones recientes que tengamos en la piel, si la exponemos a la radiación solar, sin la adecuada foto protección”, afirma Esther Moreno.
Tipos de manchas solares
Existen diferentes tipos de hiperpigmentación de la piel como resultado de la exposición solar. Las más comunes son el melasma, los lentigos solares y las cicatrices hiperpigmentadas.
La hiperpigmentación de la piel conocida como melasma, declara la facialista, “se produce sobre todo en mujeres y es fruto de la acción hormonal y el sol”. Es por eso por lo que en los meses en los que la exposición a la radiación solar es mayor, este tipo de mancha se intensifica, tornándose mucho más evidente. “Las zonas más habituales son aquellas en las que el sol incide más de manera natural: la frente, el labio superior y las mejillas”, aclara Esther.
Los lentigos solares se diferencian, según Esther Moreno, “porque son lesiones que generalmente tienen un color amarronado, aunque en algunos casos pueden llegar a ser casi negros, su textura es rugosa y tienen una sobreelevación (relieve) con respecto a la piel”. Además suelen aparecen en las zonas de la piel que han sufrido más acumulación de exposición solar durante años. “Son comunes en el rostro, el dorso de las manos, el escote y los brazos”, confirma la facialista.
También está la categoría de cicatrices hiperpigmentadas, a la que prestamos menos atención. ¿Por qué se produce? Esther Moreno explica que “ante una cicatriz o marca post-inflamatoria, el objetivo de la piel es regenerarse. Si durante este proceso no la ayudamos y la protegemos bien del sol, esa cicatriz o lesión post-inflamatoria puede sufrir una hiperpigmentación”. Esta hiperpigmentación puede ir desde el rosa, el rojo y el marrón hasta el negro, dependiendo del fototipo de cada piel, su estado y de la intensidad a la que expongamos la piel a la radiación solar.
¿Cómo evitar la aparición de manchas?
Parece una obviedad, pero “lo más eficaz, además de sencillo, es protegernos del sol adecuadamente todos los días del año, no solo en verano”. Aunque es cierto que durante los meses de más sol se debe extremar la protección, “es indispensable, imprescindible e indiscutible si queremos prevenir y tratar la manchas, pero no sólo por estética, sino por salud”.
Como explica Esther, mejor prevenir, pero si estamos en el punto de curar, hay algunos ingredientes activos que te pueden ayudar con ello. Eso sí, “es importante que acudas a un profesional de la piel para ver el tipo de mancha y los productos o tratamientos indicados en cada caso”. Aclarado esto, la facialista nos habla de algunos de los ingredientes que deberías buscar en tus cosméticos para reducir la pigmentación de tus manchas: